El acoso escolar es un problema real que no es fácil de detectar. Los adultos que rodean al menor pueden no darse cuenta o quitar importancia a la situación porque «son cosas de niños». El acoso es cualquier tipo de agresión psicológica o física reiterada en el tiempo. Una de sus principales características es el desequilibrio de poder: la víctima está sola frente a los agresores y observadores. Cualquiera puede ser víctima del acoso escolar; lo que tienen en común los que lo sufren es que intentan mantenerlo en secreto. Puede que el menor sienta vergüenza, piense que no le van a creer o que la situación va a empeorar si lo cuenta. Por eso es muy importante que los padres estemos atentos a lo que les sucede a nuestros hijos y conozcamos las claves que nos ayudarán a detectar el acoso escolar.
Claves para detectar el acoso escolar
Si observamos algunos de los siguientes cambios en nuestro hijo, debemos hablar con él para averiguar si se debe a una situación de acoso. Hay que tener en cuenta que los cambios no se producen de un día para otro, es un proceso lento.
Cambios en la conducta del niño
Nuestro hijo está más triste que de costumbre, llora a menudo sin una explicación, se muestra más irritable y violento o contesta mal. Deja de hablar en casa sobre el colegio y responde a nuestras preguntas con evasivas.
Síntomas psicosomáticos
El niño empieza a sufrir mareos, dolores de tripa o de cabeza sin causa médica. Está bien durante el fin de semana y empieza a encontrarse mal el domingo por la tarde.
Rechazo continuado al colegio
El menor no quiere ir al colegio o se muestra nervioso cuando tiene que hacerlo. Si se trata de un adolescente, aumenta el número injustificado de faltas al instituto y es incapaz de explicar dónde estuvo, con quién o por qué lo hizo.
Cambios en hábitos alimenticios y trastornos del sueño
El niño pierde el apetito, tiene dificultades para conciliar el sueño o sufre pesadillas continuadas.
Cambios en el rendimiento escolar
Sus calificaciones bajan, se olvida de hacer los trabajos o las tareas. No muestra interés por sus estudios y le cuesta concentrarse o prestar atención.
Problemas para relacionarse
Deja de relacionarse con sus amigos, no quiere ir a las excursiones, abandona sus aficiones y su círculo social se reduce a la familia.
Problemas con el material escolar
Se le rompe o se le pierde de manera continuada el material escolar y no es capaz de dar una explicación convincente.
Detectar el acoso escolar a tiempo es clave para evitar daños psicológicos en el menor. Una vez detectado el problema, es fundamental hablar con el niño y ponerse en contacto con el centro escolar. Si quieres saber más sobre cómo actuar ante un caso de acoso, consulta nuestro artículo ¿Cómo debemos actuar frente al acoso escolar?