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El chupete ¿bueno o malo?

Uno de esos primeros detalles que viene acompañando los regalos para el recién nacido suele ser el chupete, ¿quién no lo relaciona con la imagen de un bebé? Además es recurrente escuchar frases como «¿no usa chupete?», «se chupa el dedito» y más adelante «uy… ¡que mayor y aun con chupete!».

Pero ¿Por qué a los bebés, y a los papás, les gusta tanto el chupete?

Desde el nacimiento los bebés cuentan con varios reflejos que garantizan su supervivencia, el reflejo de succión es uno de ellos, asegura un buen agarre al pecho materno para alimentarse lo antes posible, incluso a los minutos de nacer.

Ese reflejo que sirve para alimentarse desde el principio, tiene además otras ventajas como por ejemplo, conseguir que el bebé se relaje, reducir el dolor (cólicos, vacunas, dentición…), aliviar el llanto, ayudar dormir, etc., es por tanto un bálsamo que tranquiliza y hace sentir bien al niño.

El chupeteHay culturas en las que los bebés están constantemente en brazos o porteados y tan próximos al pecho de su madre con lo que pueden mamar cuando quieran. Pero es cierto que no es fácil cumplirlo en nuestra sociedad, en la que se exige una vuelta temprana al trabajo y tenemos que dejar a nuestros hijos al cuidado de otros. Por ello se crea la necesidad de un sustituto a lo que se llama la «succión no nutritiva», este sustituto suele ser el chupete.

Los hay de diferentes formas, materiales, colores y diseños, pero todos cuentan con características similares: imitar la forma y tamaño del pecho materno, de material blando, agradable y con una sujeción segura para evitar accidentes.

Su uso es una cuestión personal, no todos los padres lo ofrecen a sus hijos, ni todos los niños lo quieren. También cabe la posibilidad de que el bebé descubra lo fácil que es succionar alguno de sus dedos, el pulgar generalmente, y lo haga para dormir o tranquilizarse.

Consecuencias del uso del chupete

Usar el chupete o chuparse el dedo es por tanto un acto muy habitual en nuestros hijos, pero conviene saber cuáles pueden ser las consecuencias de su uso:

  • En los primeros días de vida puede interferir en el establecimiento de la lactancia.
  • Una succión enérgica, prolongada y/o durante mucho tiempo al día tiene efectos sobre la salud bucodental, ya que produce una mordida abierta o cruzada con los dientes inferiores hacia dentro y los superiores hacia fuera. Además el paladar superior se hunde y se estrecha, siendo necesaria la ortodoncia en la adolescencia.
  • Su uso se asocia a una mayor tasa de otitis media.
  • Al no ejercitar suficientemente los músculos buco-faciales puede darse babeo y un trastorno del habla, traducido en la dificultad para pronunciar o articular algunos fonemas

En conclusión, con respecto al chupete, lo mejor sería evitarlo, limitar al máximo su uso o bien decirle «adiós» a lo más tardar, después de cumplir el año de edad, (lo cual puede ser algo más complicado si el bebé ha descubierto lo fácil y accesible que es chuparse el dedo).

Sobre Inés Villar

Inés Villar Molina es maestra especialista en Audición y Lenguaje, actualmente reside y realiza su actividad la Comunidad de Madrid, su paso por diferentes tipos de centros educativos le ha dado una visión variada de las características y de las necesidades de los niños con respecto al lenguaje. Como madre le gusta estar bien informada y lee con frecuencia artículos y publicaciones como los que ahora escribe.

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