Aunque en general a los niños les encanta disfrazarse, hay también muchos a los que no les gusta nada, bien sea por timidez o por miedo. Si tu hijo no quiere disfrazarse porque no le gusta ser el centro de atención, celebraciones como el carnaval, en las que llama más la atención el que no va disfrazado, pueden ser una buena ocasión para animarle a que lo pruebe. Sin embargo, si tiene miedo a los disfraces, tendrás que actuar con cautela para no agravar el problema empeñándote en que se disfrace.
5 trucos para ayudar a tu hijo a superar el miedo a los disfraces
Muchos niños tienen miedo a los disfraces cuando son muy pequeños, pero con el tiempo al ir madurando, lo superan con naturalidad. Otros sienten una animadversión más duradera y necesitan un poco de ayuda de sus padres para vencer el miedo. Si es ese el caso de tu hijo, estos trucos pueden ayudarte. No obstante, si estos consejos no te funcionan o si ves que su miedo se ha convertido en algo verdaderamente irracional, consulta con un psicólogo infantil.
1. Ponte en su lugar
Tener miedo a los disfraces de pequeño no quiere decir que de mayor vayas a desarrollar una coulrofobia ni nada similar, así que no entres en pánico si descubres que a tu hijo le asustan los disfraces. El primer paso para ayudarle a superar ese temor es comprender qué se lo produce. La causa más habitual del miedo a los disfraces en los niños es que no se corresponden con su idea de cómo tienen que ser las personas: con esas máscaras, pelucas, ropas estrafalarias… no saben distinguir lo que son ni cómo interpretar sus expresiones faciales, que son una fuente de información muy importante para los niños. Tampoco les gusta verse disfrazados porque no se reconocen. También pueden desarrollar el miedo después de una mala experiencia, por ejemplo que alguien disfrazado les asustase. En ambos casos nuestra misión será ayudarles a entender que debajo de los disfraces solo hay personas normales y corrientes.
2. No le fuerces
No te empeñes en ponerle el disfraz ni intentes hacerle razonar con frases como «no seas tonto/ñoño», «pero ¿de qué tienes miedo? «, «eres el único que no quiere disfrazarse»… Eso le hará sentirse peor consigo mismo y le creará más ansiedad hacia el disfraz o el carnaval. Enséñale un disfraz sencillo y pregúntale si le apetece ponérselo, si quiere disfrazar primero a alguno de sus muñecos o si le gustaría que os disfrazarais los dos. Si sigue mostrando reticencia, déjalo estar; ya habrá otras ocasiones para volver a intentarlo.
3. Enséñale dibujos de personajes raros pero buenos
La desfiguración es un miedo inherente al ser humano porque lo asociamos a cuestiones negativas. Si muestras a tu hijo cuentos de personajes caricaturescos o extraños que son los héroes de la historia, le ayudarás a crear una asociación más positiva. También puedes enseñarle fotos de personas disfrazadas, haciendo notar qué partes son solo un disfraz.
4. Disfrázate tú
A veces basta con que los padres hagan una cosa para que los niños también quieran hacerla. En este caso, no aparezcas disfrazado e irreconocible ante tu hijo, deja que vea cómo te transformas delante de él con un antifaz, una peluca, un parche y un sombrero… Evita las máscaras porque ocultarán tu cara demasiado y demasiado deprisa; en su lugar, puedes utilizar maquillaje facial, que puedes ir aplicando poco a poco (incluso con su ayuda) y que te dejará más reconocible. Presenta esta actividad como un juego en el que el niño también puede participar cuando quiera, es posible que así se anime. Podéis haceros fotos o jugar delante del espejo para que se acostumbre también a ver su propio aspecto alterado.
5. Deja que se familiarice con el disfraz
Si por fin accede a disfrazarse, deja que elija el disfraz que quiere llevar y que se lo ponga en casa algún rato antes del carnaval para que se acostumbre a él y no se sienta extraño al llevarlo. Es importante que se sienta cómodo, así que si no lo ves muy convencido, no insistas en que lleve máscaras, sombreros, pelucas u otros complementos por muy chulo que quede el disfraz con ellos.