La bella y la bestia es un clásico largometraje de Walt Disney Pictures del año 1991 basada en la obra homónima de Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve, esta versión era muy larga y fue abreviada, reescrita, y publicada por Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, es la más conocida y en la que se basó Walt Disney para su película, en ella una joven se intercambia por su padre que está secuestrado por un ser monstruoso, Bestia.
Es un cuento de hadas tradicional francés. Parece que su origen está en el cuento Cupido y Psique de Apuleyo y ha sido retocada varias veces a lo largo de los años y aún después de la versión de Disney, han aparecido recientemente más versiones cinematográficas. Bestia es en realidad un príncipe malcriado y egoísta que sufrió una maldición de una vieja y fea anciana que llegó a su castillo ofreciéndole una rosa a cambio de refugio, el príncipe la echó sin miramientos a pesar de las súplicas de la anciana suplicándole que no se dejara llevar por su apariencia porque la belleza estaba en su interior, ante su rechazo la anciana se convirtió en una hermosa hechicera y al príncipe lo convirtió en una espantosa bestia, el hechizo se extendió a todo el castillo y a los que moraban en él. Lo único que conservó fue la rosa que iría perdiendo sus pétalos y se marchitaría si él no encontraba el amor de una doncella.
Bella vive acompañada de su padre Maurice, un curioso inventor que es raptado por Bestia en su embrujado castillo donde todos los objetos tienen vida propia; su hija intenta rescatarlo pero lo único que consigue es intercambiarse por él. Todas las extrañas criaturas que viven en el castillo le hacen la vida lo más agradable posible a Bella para que ella no tema a Bestia y conseguir así romper el maleficio. Gracias a la bondad y a la paciencia de Bella, poco a poco el amor surge entre ellos a pesar del aspecto físico de él y descubriendo que la belleza está en el interior.
Mousse de chocolate, un postre muy ligero
Una mousse es un plato de origen francés. Tiene el aspecto de una espuma cuya base es la clara de huevo montada a punto de nieve, o nata montada, los cuales le dan una consistencia esponjosa y mucha cremosidad cuando se funde en la boca aportando un sabor intenso y persistente. La más conocida es la mousse de chocolate, pero las hay de fresas, mango, limón…
La mousse casera, al estar hecha con claras de huevo crudo hay que consumirla rápidamente para que no se estropee y hay que conservarla en la nevera para evitar el calor, por eso no es aconsejable hacerla en verano por la temida salmonelosis.
Para evitar esto vamos a preparar una mousse de chocolate sin huevo, no tiene la esponjosidad de la auténtica pero está igual de buena y así nos evitamos riesgos innecesarios y es ideal para una fiesta de cumpleaños o como postre.
Ingredientes
- Un brick de nata de 200 ml de nata para montar
- 2 cucharadas de azúcar
- Una tableta de chocolate negro de cobertura o para fundir de buena calidad
- Medio vaso de leche
- 2 hojas de gelatina
Preparación
Para preparar la mousse de chocolate fundimos el chocolate al baño maría* o al microondas, si optamos por el micro, ponerlo varias veces a potencia media solo 30 segundos hasta que el chocolate esté fundido, así evitaremos que se queme. Pasa a un bol y deja que temple un poco.
Montamos la nata junto con el azúcar y reservamos.
Pon a hidratar la gelatina en agua, a continuación calienta la leche sin que llegue a hervir, saca la gelatina del agua, escúrrela bien y disuélvela en la leche. Agrega el chocolate fundido y mezcla bien, deja reposar para que temple un poco.
Ve añadiendo la nata poco a poco con movimientos envolventes, mezclamos bien, y reparte en las copas donde las vayas a servir y guarda en la nevera hasta la hora de servir.
Si vas a ponerlas en una fiesta, sírvelas en copas con un poco de nata, es muy divertido poner algunas fuentes con topping y que los niños, y los que no lo son tanto, se sirvan lo que quieran.
Diccionario culinario
*Baño maría: Es una técnica que consiste en cocer o calentar un preparado poniéndolo en un recipiente que, a su vez, se introduce en uno de mayor tamaño con agua. La cocción que se hace así es a fuego suave, es ideal para fundir chocolate, cremas tanto dulces, como natillas, cremas pasteleras o cremas inglesas o saladas como muselinas o salsa holandesa.