Llevar un disfraz en Carnaval o en una fiesta infantil no es algo vital para los niños, pero son varios los beneficios de disfrazarse para su desarrollo. Por lo general, a los pequeños de la casa les encanta cambiar su aspecto, así que estarán deseando que les propongas un disfraz, pero también hay algunos niños a los que, por distintas razones, no les va mucho y se están perdiendo estos beneficios de disfrazarse. Si tu hijo es uno de estos últimos, conviene que le animes a disfrazarse, ya sea para una fiesta de disfraces o simplemente para jugar un poco en casa. No obstante, recuerda que si el niño no quiere disfrazarse ni a bien ni a mal, no debes obligarle a hacerlo porque solo conseguirás que rechace más todavía la actividad. En su lugar, intenta comprender su miedo a los disfraces para ayudarle a superarlo.
5 beneficios de disfrazarse para los niños
1. Potencia la fantasía y la creatividad
Al disfrazarse, los niños se convierten en los protagonistas de historias que ellos mismos van creando mientras juegan. Los mundos real e imaginario están perfectamente integrados en la visión infantil de la vida, por lo que con su disfraz pueden dar rienda suelta a su imaginación y jugar con creatividad y espontaneidad.
2. Favorece la observación y el pensamiento simbólico
Para representar mejor su personaje, los pequeños se fijan en la inspiración de su disfraz, ya sea esta una persona real (bombero, enfermera, astronauta…), un animal o un personaje de ficción, y tratan de imitarla. El pensamiento simbólico les ayuda a entender mejor el mundo que los rodea y la imitación es una buena forma de aprendizaje para la vida.
3. Fomenta la empatía
Con el disfraz puesto, los críos «se convierten en otras personas» y esto les ayuda a ponerse en el lugar de los demás, intentar sentirse y pensar como ellos, comprender sus problemas y motivaciones… Con este desarrollo de la empatía, tu hijo se integrará mejor en la sociedad.
4. Ayuda a socializar
Aunque un niño se pueda poner un disfraz para jugar solo en su casa, por lo general, los disfraces suelen relacionarse con ocasiones sociales, como actos de Carnaval, fiestas temáticas o, más recientemente, Halloween, en las que los niños pueden interactuar y jugar juntos. Además, disfrazarse ayuda a los niños tímidos a aparcar un rato sus inhibiciones y participar más activamente en los juegos grupales.
5. Nos permite conocer algunos sentimientos y opiniones que no suelen compartir
Con la protección del disfraz, a veces los niños dicen cosas que les cohíbe comentar cuando «son ellos mismos». Además, el simple hecho de fijarnos en el disfraz que eligen ya nos puede dar pistas sobre sus gustos, intereses y aspiraciones. Y observar su comportamiento mientras juegan disfrazados también nos permite ver cómo perciben la realidad a la que alude su disfraz, que podría representar a su pediatra, a su maestro o a nosotros mismos.