Cuando llega a nuestra vida familiar una enfermedad como el cáncer el mundo en el que habíamos vivido hasta entonces deja de existir y nos vemos sumergidos, de repente, en uno nuevo (del cual desconocemos prácticamente todo y en el que nadie nos ha enseñado la forma de afrontarlo). Cuando soy consciente de que mi hijo tiene cáncer la angustia y el miedo se experimentan con gran intensidad.
Mi hijo tiene cáncer
Como padres que siempre hemos estado detrás de los pasos de nuestro hijo, ayudándole a crecer, calmando su fiebre, enseñándole a superar sus miedos, de repente llega esta enfermedad y nos sentimos impotentes. El miedo nos desborda y sentimos que nos derrumbamos.
Tengo miedo y siento que me derrumbo
Experimentar estas emociones tan intensas entra dentro de la normalidad, pues tenemos el derecho a asustarnos ante lo que acontece y debemos ser, precisamente en estos momentos, más comprensivos que nunca con nosotros y mirar nuestro miedo con la máxima ternura posible.
Necesitaremos un tiempo para adaptarnos a la nueva situación y tendremos que respetar nuestro ritmo, pues unos asumirán la realidad de forma más rápida y otros requerirán un poquito más de tiempo. Es un momento para parar, escucharnos, sentir nuestro dolor como padres y cuidarnos con la máxima ternura.
Para conseguir esto es muy importante:
- No exigirnos ser fuertes siempre y en todo momento.
- Pretender no derrumbarnos nunca.
- No experimentar terror, miedo o ira.
¡Qué agotador sería! ¡Y qué impotencia sentiríamos al comprobar que no podemos dejar de sentir, que no podemos dejar de ser seres humanos!
Muy al contrario, lo que tenemos que hacer en este momento es:
- Ser más comprensivos que nunca con nosotros mismos.
- Escuchar, aceptar y acoger nuestras emociones: miedo, rabia, impotencia, etc.
- Permitirnos caer y derrumbarnos, comprender que ante todo somos humanos.
- Mirar nuestra vulnerabilidad como padres con la máxima ternura y comprensión posible.
- Darnos tiempo para asimilar la nueva situación y respetar nuestro ritmo de adaptación.
Poquito a poco iremos viendo cómo afrontar el proceso de la enfermedad. Aprenderemos estrategias y técnicas sencillas para aliviar la angustia y el miedo, y así, poder manejar todo el recorrido de la enfermedad ofreciendo seguridad y soporte a nuestro hijo.
¿Quieres que hagamos juntos este camino? Yo te acompaño, aquí te espero…