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Educación

La educación es un aspecto fundamental en el desarrollo de las personas y, como padres, debemos  participar activamente en la formación de nuestros hijos en todas sus etapas, lo cual no siempre es fácil. En esta sección encontrarás trucos y claves para educar a tus hijos desde la más tierna infancia y para ayudarles a mejorar su rendimiento académico.

Un día en un aula Montessori: la mañana

la mañana MontessoriComo explicábamos en el artículo anterior de esta serie, los alumnos de un aula Montessori proceden con las primeras actividades guiadas de la mañana con el objetivo de abrir el nuevo día, de estructurar el ambiente y focalizar la atención del grupo antes de comenzar con el Ciclo de trabajo de la mañana. Recordamos que este ejemplo está basado en un aula hipotética de niños de 3 a 6 años, con dos maestros Montessori y con una jornada de 9 de la mañana a 3 y media de la tarde y que es tan solo una posibilidad dentro de las múltiples variaciones que se pueden dar y que dependen del centro, del maestro y del grupo en concreto.

Comienza el «Ciclo de trabajo» en un aula Montessori

9:15

Una vez realizada la bienvenida y el Círculo Montessori, el maestro puede realizar una visualización antes de levantarse de la alfombra. Le pide a los alumnos que cierren los ojos y que piensen qué tipo de trabajo les gustaría hacer ese día o con qué tipo de materiales les gustaría empezar a trabajar. Cuando los alumnos han pensando en algo, levantan la mano. El maestro, que estará dando vueltas alrededor del círculo de la alfombra, irá tocando suavemente la mano de cada alumno como forma de darle permiso para levantarse y empezar con la actividad que haya elegido.

Ésta es una de las maneras en que se puede comenzar la dinámica de la clase de forma tranquila y con los alumnos concentrados en la tarea en la que van a empezar a trabajar. Mientras los niños trabajan de forma independiente en la actividad que han elegido, uno de los maestros va presentando nuevos materiales a los niños que necesiten cambiar de actividad o aprender conceptos nuevos.

También puede realizar alguna actividad en pequeños grupos para enseñar alguna lección, si hay varios niños que están en el mismo nivel o si considera que es oportuno para la clase. No es raro ver a un maestro dando una lección a un grupo reducido de niños o presentando materiales mientras el resto está trabajando muy atentamente en otras tareas en las diferentes áreas del aula.

Mediante el uso de los materiales los alumnos son capaces de absorber conceptos fundamentales de lenguaje, matemáticas, desarrollo sensorial, ciencia, historia o habilidades básicas de la vida diaria.

Muchas familias o profesionales de la educación que observan por primera vez este ciclo de trabajo en un aula Montessori quedan muy sorprendidos de la manera tan organizada y tranquila que tienen los niños de trabajar en sus tareas, tanto de manera independiente como cooperativamente, puesto que muchos de ellos sienten que en sus aulas tradicionales se pasan gran parte del tiempo mandando callar, pidiendo atención e intentando controlar al grupo.

La hora de la «Falsa fatiga»

10:30 – 12:00

Sobre esta hora de la mañana los niños empiezan a estar un poco cansados y el nivel de distracción y de ruido en el aula irá en aumento. Algunos de los niños acaban con la actividad que estaban haciendo y pueden empezar a dar vueltas por la clase sin saber bien qué quieren hacer o qué material elegir. Este momento es lo que María Montessori denominó «Falsa fatiga». En este punto es importante no ponerse nervioso, entender que es un fenómeno normal en un ambiente Montessori y continuar con la dinámica de la clase. Si el maestro sabe mantener la calma, atender a las necesidades de cada niño y perseverar en la continuación de las actividades, los niños superan con facilidad este momento de «falsa fatiga» y vuelven a concentrarse en sus actividades hasta las 12:00, momento en el que suena la música que indica que hay que recoger.

12:00

El ayudante especial del día es el encargado también de pulsar el «play» para que suene la música mientras recogen. La música suele ser instrumental, relajante y a un volumen medio-bajo para ayudar a los alumnos a recoger con calma.

Cuando los niños han acabado de recoger se sientan de nuevo en círculo en la alfombra y se les dividirá en dos grupos. Mientras un grupo prepara todo lo necesario para la comida (poner cubiertos, vasos, platos…), el otro grupo realiza una actividad dirigida por el maestro que suponga un juego de transición entre el ciclo de trabajo y las siguientes actividades.

En este momento de círculo en la alfombra se intentan desarrollar actividades y juegos que fomenten compartir ideas, pensamientos, emociones, resolver problemas mientras interactúan en grupo. Estos grupos se irán intercambiando durante la semana para que todos realicen todas las actividades. El maestro y el asistente van mandando uno a uno a los niños al aseo a lavarse las manos para la hora del almuerzo que daría paso a las actividades que forman parte de la tarde de un aula Montessori y que explicaremos en el siguiente artículo de esta serie.

Te animamos a compartir este artículo con quién consideres que pueda serle útil. Si estás interesado en este método pedagógico, puedes encontrar más información en artículos anteriores acerca de los materiales Montessori o del rol del maestro o del alumno.

Los cuadernos de vacaciones a juicio: ¿realmente necesita mi hijo un cuaderno de vacaciones?

cuaderno de vacacionesCon las vacaciones escolares en ciernes muchos padres se plantean la posibilidad de proponer a su hijo un cuaderno de vacaciones. Estos cuadernos surgieron hace treinta años como material de apoyo para niños que habían suspendido en junio y debían examinarse en septiembre, pero enseguida se popularizaron también como actividad de repaso o incluso entretenimiento para los que aprobaban en junio. Sin embargo, en los últimos tiempos, son muchos los pedagogos que cuestionan su necesidad y eficacia.

¿Necesita tu hijo un cuaderno de vacaciones?

A favor

  • Un buen cuaderno de vacaciones puede reforzar lo que ha aprendido el niño durante el curso para empezar el siguiente con buen pie.
  • Trabajar con un cuaderno de vacaciones ayuda a los niños a no perder el hábito de trabajo durante el verano.
  • Sirve a los padres para mantener quietos y ocupados a los niños durante un rato cada día.
  • Hay una gran variedad para elegir el que mejor se adapte a nuestros hijos por contenido, diseño, tipo de actividades…

En contra

  • Si el niño ha ido bien durante todo el curso, volver a lo mismo le resultará aburrido y puede ser contraproducente. Si no ha acabado muy bien el año escolar, el cuaderno de vacaciones puede ser una ayuda, pero no es la panacea: habría que detectar todas las causas del fracaso para ponerle un auténtico remedio.
  • Los niños ya han trabajado bastante durante el curso y, como los adultos, necesitan «desconectar». ¿Cómo te sentirías si durante tu mes de vacaciones el jefe te obligase a hacer durante un rato al día lo mismo que haces en el trabajo «para que no pierdas el hábito»?
  • El formato y la dinámica de los cuadernos de vacaciones puede recordar demasiado al cole y producir cierto rechazo en los niños, ya hartos de todo el curso. Hay otras formas de mantener su mente activa (lecturas recreativas, juegos de ingenio, exploración del entorno y visitas a otros lugares…) que podrían tener mejor aceptación entre los pequeños de la casa.
  • Puede resultar bastante caro comprar cuadernos de todas las asignaturas, incluso aunque solo haya que comprar para un hijo, así que si tienes dos o más ni te cuento.

El veredicto

Los cuadernos de vacaciones no son de por sí ni buenos ni malos. A la hora de la verdad, eres tú quien tiene que decidir si deberías comprar o no a tu hijo un cuaderno de vacaciones. La intención de esta exposición no era tomar la decisión por ti, sino ofrecerte argumentos en ambos sentidos para ayudarte a determinar la conveniencia de que tu hijo en concreto trabaje este verano con cuadernos de vacaciones.

Nuestro consejo, si no lo tienes claro, es que hables con sus maestros antes de que acabe el curso por si tienen alguna sugerencia y también que tantees al niño para conocer su actitud ante la perspectiva de dedicar parte de sus vacaciones al repaso.

Si te decantas a favor del cuaderno, recuerda dejar un par de semanas libres al niño antes de que empiece a usarlo para que pueda «resetear» la cabeza y le sea más provechoso el trabajo siguiente. También es importante no agobiarle con obligaciones, déjale un poco de libertad para elegir cuándo se pone a trabajar y cuántas actividades va a hacer.

Y si prefieres pasar de cuadernillos, no olvides que hay otras formas de educar y entretener en vacaciones, ¡aprovéchalas!

Un día en un aula Montessori: la llegada al aula y el Círculo

circulo MontessoriAunque expliquemos punto por punto los conceptos teóricos en los que se basa el método Montessori, a las familias les sigue costando hacerse una idea de cómo es un día en un aula. Es muy difícil reflejar en palabras lo que es un proyecto educativo Montessori, los tiempos, el ritmo, el respeto hacia el niño, el papel del maestro… puesto que consta de una parte estructurada, el mayor peso del método se lo lleva el modo de seguir y apoyar al niño en su desarrollo y su proceso de aprendizaje. Y puesto que cada niño es diferente, con necesidades diferentes y ritmos distintos, las posibilidades son inabarcables.

En artículos anteriores hemos profundizado en cómo se organiza el aula, cuáles son los materiales que se utilizan o cuál es el rol de profesor y del alumno. En el artículo de hoy queremos ponerte un ejemplo de lo que podría ser un día típico en un aula Montessori en la etapa de pre-escolar. Este ejemplo sólo refleja una posibilidad en un aula cualquiera. Como hemos dicho, las variaciones son infinitas y dependerán de cada grupo y de cada maestro.

Nuestra hipotética clase contará con dos maestros Montessori (maestro guía y asistente) en una clase de niños de 3 a 6 años. La jornada durará de las 9 hasta las 15:30 y los niños almorzarán en la escuela. Comenzaremos explicando cómo se produce LA LLEGADA de los niños al aula y en qué consiste el Círculo. En el siguiente artículo continuaremos explicando cómo transcurre LA MAÑANA y para ello describiremos en qué consiste el ciclo de trabajo en un aula Montessori y acabaremos la serie con las actividades de LA TARDE que abarcan el tiempo de almuerzo y patio y el ciclo de trabajo de la tarde.

La llegada a un aula Montessori

08:50

La escuela Montessori abre sus puertas y uno de los maestros saluda un por uno a los alumnos que van llegando y a sus padres y se interesa por cómo están. Orienta a cada niño para que encuentre su compartimento, marcado con su nombre o foto, para dejar su abrigo y sus zapatos.

Los niños más pequeños pueden necesitar un poco de ayuda para quitarse los zapatos o colgar su abrigo, ayuda que puede ser dada por el propio maestro o por otros compañeros más mayores que ya dominen esa habilidad.

El objetivo final de toda actividad en el aula y en la escuela Montessori es que el niño aprenda a realizar las tareas de forma independiente. Una vez que el niño domina la habilidad, no sólo experimenta la sensación de libertad y confianza que viene con la autosuficiencia sino que además ahora tiene la capacidad de ayudar a otros a aprender y manejar esa destreza.

El otro maestro que lleva la clase estará sentando en la alfombra dónde realizarán la primera actividad, mientras suena música, normalmente clásica. Este maestro también irá saludando a cada niño, uno por uno, sonriéndoles, animándoles a encontrar un sitio en el círculo de la alfombra y a saludar al resto de sus compañeros.

El círculo

9:00

Cuando han llegado todos los alumnos y se han acomodado en círculo en la alfombra, se empieza cantando una canción para darse los buenos días. También se realizan algunos juegos de psicomotricidad para activarse y desperezarse, se revisa el calendario para aprender qué día de la semana es y qué mes y se elige al ayudante de la clase para ese día. El ayudante diario será el encargado de alimentar a la mascota de la clase, si la hay, y de pasar lista en el grupo, así como ayudar al maestro en lo que él le solicite. También puede tener la responsabilidad de presentar las actividades de grupo, si ese día se va a dar alguna en la clase.

Realizadas estas actividades para comenzar el día en un aula Montessori y con la atención focalizada de todos los alumnos de la clase se da comienzo al Ciclo de trabajo de la mañana. Explicaremos en que consiste este Ciclo de trabajo en la siguiente entrega de esta serie.

Te animamos a compartir este artículo con quién consideres que pueda serle útil. Puedes dejarnos un comentario o consultarnos todas las dudas que tengas. Estamos encantados de responderte y ayudarte en todo aquello que podamos.

Formar parte de la AMPA es participar activamente en el centro escolar de nuestros hijos

Formar parte del AMPAUna de las cosas que más interesa a los padres es la educación de sus hijos. Podemos formar parte de la AMPA para participar activamente en el centro escolar de nuestros hijos.

¿Qué es una AMPA?

Una AMPA es una asociación sin ánimo de lucro formada por padres y madres de alumnos de un centro educativo no universitario. No es obligatorio formar parte de la AMPA. Pertenecer a la asociación es libre y voluntario. Pueden formar parte de ella todos los padres, madres o tutores que tengan interés en el desarrollo de los fines de la Asociación. La AMPA da voz y voto a los padres que quieran participar en la vida del centro y en la toma de decisiones que afectan a la calidad de la educación de sus hijos.

Como cualquier asociación sin ánimo de lucro, tiene unos estatutos, cobra una cuota a sus socios y posee un CIF y una cuenta corriente en un banco. Todos sus datos económicos son públicos. Tiene que convocar un mínimo de asambleas al año, al menos tres: se renuevan cargos, se presentan cuentas, etc.

¿Para qué sirve?

Para seguir y proponer mejoras sobre los servicios del centro (comedor, actividades extraescolares, instalaciones, etc.),  velar por una educación de calidad en el centro y canalizar y debatir las inquietudes de los padres y madres de alumnos del colegio. Las Asociaciones de Padres y Madres de alumnos pueden:

  • Elevar al Consejo Escolar propuestas para la elaboración del Proyecto educativo y de la Programación general anual.
  • Informar al Consejo Escolar de aquellos aspectos de la marcha del centro que consideren oportuno.
  • Informar a los padres y madres de su actividad.
  • Recibir información del Consejo Escolar sobre los temas tratados en el mismo, así como recibir el orden del día de dicho Consejo antes de su elaboración, con el objeto de poder realizar propuestas.
  • Elaborar informes para el Consejo Escolar a iniciativa propia o a petición de éste.
  • Formular propuestas para la realización de actividades complementarias.
  • Conocer los resultados académicos y la valoración de los mismos que realice el Consejo Escolar.
  • Fomentar la colaboración entre los padres y madres y los maestros del centro para el buen funcionamiento del mismo.
  • Utilizar las instalaciones del centro en los términos que establezca el Consejo Escolar.

¿Qué ventajas tiene formar parte de la AMPA?

  • La AMPA fomenta la participación colectiva y la colaboración activa de los padres en la educación.
  • Puedes  aportar ideas y sugerencias en distintas actividades y colaborar para que se mantengan un buen número de actividades que son responsabilidad exclusiva o compartida de la AMPA.
  • Tendrás descuentos en las actividades extraescolares.
  • Puedes conocer de primera mano los presupuestos del colegio y saber para qué se va a usar el dinero y qué parte de ese dinero va a ir destinado a las mejoras de los servicios que van a estar dirigidos directamente a los niños.
  • Tendrás representación ante la Dirección, en Consejos escolares, comedor, etc.
  • Colaborarás para que se realicen otras actividades en beneficio de los niños y la mejora de las condiciones del colegio (campamentos, excursiones, promociones, fiesta de fin de curso, compra de material educativo especial, mantenimiento del huerto escolar, etc.).

Lo principal es que formar parte de la AMPA te permite estar al día sobre todo lo que se hace en el centro educativo de tus hijos y es una manera de enseñar a los niños a luchar por los derechos de uno mismo y de los demás. Es también una forma de decirle que participamos activamente en el colegio y que nuestra labor no termina en casa.

En qué consiste el método Montessori: el rol del maestro

Metodo MontessoriComo hemos ido exponiendo en la serie de artículos anteriores sobre los diferentes aspectos del método Montessori (En qué consiste el método Montessori: los materiales o En qué consiste el método Montessori: el aula) hoy queremos profundizar en cuál es el rol del maestro en este tipo de pedagogía ya que difiere bastante de la concepción convencional a la que estamos acostumbrados en nuestro sistema educativo.

Podríamos decir que la diferencia más notables entre los maestros del método Montessori y los maestros del sistema educativo tradicional es que los maestros de esta peculiar pedagogía no son el centro de atención de la clase, no son los protagonistas. Su rol se centra en la preparación y la organización de los materiales de aprendizaje para atender las necesidades e intereses de sus alumnos. El centro de atención se pone en el aprendizaje de los niños, no en la enseñanza del profesor

El maestro como observador en el método Montessori

El rol del maestro como observador se basa en «ir un paso por detrás del alumno», en vez de decirle al alumno «sígueme» o «aquí es dónde tienes que ir» y «tienes que ir de esta manera». A menudo los maestros del método Montessori dan un paso atrás cuando los alumnos están trabajando con los materiales, lo que no significa que no estén supervisando o atendiendo al proceso de aprendizaje de cada niño. Según esta pedagogía, ir un paso por detrás y mantenerse un poco al margen es la mejor forma de observar las diferencias individuales de cada niño, sus necesidades, sus tiempos, sus intereses, sus capacidades, a la vez que se respetan sus tiempos y se fomenta el rol activo y responsable en su propio proceso de aprendizaje. Este «paso atrás» permite a los niños aprender de sus propios descubrimientos y obtener sus propias conclusiones, siendo entonces el aprendizaje obtenido mucho más profundo, confiriéndole mayor sentido a lo aprendido y extrapolándolo a otras áreas o situaciones similares con mayor facilidad.

En vez de proveer a los alumnos de respuestas correctas para los problemas, se deja que sean los propios niños quién encuentren la manera de resolver esos problemas, comprometiendo de esta forma al alumno con su propio proceso de aprendizaje y desarrollando su capacidad de pensamiento crítico (puedes obtener más información en el artículo En qué consiste el método Montessori: el rol del alumno). Para el método Montessori los niños aprenden mejor explorando y experimentando en el entorno y observando e imitando a sus compañeros que del propio profesor.

Algunas personas pueden pensar que entonces este tipo de maestros «no hacen nada» durante las clases, pero el método Montessori tiene un plan diario para cada niño, atendiendo a sus diferencias individuales y a su nivel de desarrollo. Los maestros están sistemáticamente observando a los alumnos e interpretando sus necesidades, están preparados para realizar cambios en estas lecciones (presentación y explicación de materiales) dependiendo de los intereses, el progreso, el estado de ánimo y el comportamiento de cada alumno cada día.  Evalúan cuidadosamente la eficacia de su trabajo y diseñan un plan para cada niño diariamente. Todo ello lo hacen respetando y protegiendo la independencia de los alumnos, apoyándoles y aportándoles seguridad, confianza y estabilidad, facilitando la comunicación entre los alumnos y entre el alumno y el adulto y modelando el comportamiento necesario para que el niño se adapta a la convivencia en grupo, a la estructura de la clase y a las normas.

El maestro como guía y facilitador

El maestro en el método Montessori es concebido como un guía y facilitador del aprendizaje que observa las  necesidades, capacidades e intereses de cada alumno y le ofrece oportunidades para desarrollarse sin aplicar ni premios ni castigos, puesto que entienden que el propio aprendizaje es la recompensa personal de cada niño. El objetivo final es que el maestro vaya interviniendo cada vez menos en este proceso de descubrimiento del entorno y de aprendizaje a medida que el niño se desarrolla.

El maestro ayuda al niño a entrar en contacto con el ambiente, especifica los límites y las normas, prepara, preserva y renueva el ambiente, observa y registra el progreso de cada niño. No corrige y no interviene, aunque sí es su labor proponer actividades grupales, prestar ayuda si la solicitan, presentar los materiales y esclarecer normas o hacerlas respetar. Cada niño estará listo para una lección u otra según su desarrollo evolutivo y el maestro introducirá el uso de nuevos materiales y le presentará actividades de forma individual o en grupos reducidos.

El método Montessori no entiende la escuela como un lugar donde el maestro transmite conocimientos, sino como un lugar donde la inteligencia y la parte psíquica del niño se desarrollará a través de un trabajo libre con material didáctico especializado y guiado por el adulto.

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Enseñar a compartir

Enseñar a compartirTodos los padres que tenemos o hemos tenido niños de entre 2 y 4 años sabemos que después de «no» la palabra que más frecuentemente utilizan nuestros pequeños es «mío».  Y lo hacen con total naturalidad, estén donde estén y estén con quién estén, con sus posesiones y con las ajenas. Es importante que entendamos que se trata de una etapa evolutiva más por la que los niños deben pasar, aunque eso no quiere decir que debamos dejar de enseñar a compartir a nuestros hijos.

A pesar de que en la actualidad existe cierta polémica en torno a si debemos o no forzar a nuestros hijos a compartir, es un hecho que, independientemente de las circunstancias particulares, en términos generales, es bueno que los niños sepan cómo hacerlo.

Veamos algunos pequeños trucos que pueden ayudarnos en la ardua tarea de enseñar a compartir:

Predica con el ejemplo

Tenemos que mostrarles que nosotros compartimos cosas, y verbalizarlo dirigiéndonos a ellos para que lo comprendan de forma rápida. Por ejemplo, si compartimos una manzana con nuestra pareja, diremos en voz alta “Voy a compartir mi manzana con papá/mamá” a la vez que le damos la fruta a la otra persona.

No regañes ni grites al niño cuando no quiera compartir

Es complicado asimilar la dinámica que pretendemos enseñarle y no podemos hacer que se convierta en un martirio. Además, estamos intentando inculcar valores positivos, y no podemos hacerlo contradiciéndonos con imposiciones.

Potencia el refuerzo positivo

Cada vez que el niño interactúe correctamente con otras personas tenemos que decirle lo bien que lo está haciendo. Así reforzaremos esta conducta y le animaremos a que siga haciéndolo.

Expón al niño a situaciones en las que haya que compartir

Normalmente estas situaciones se dan de manera espontánea, en el parque, en casa de los amigos, en el propio colegio… Pero para enseñar a compartir la práctica es fundamental, así que una pequeña reflexión sobre los contextos más propicios nunca está de más.

Habla con los niños y prepáralos con antelación a la situación en la que deben compartir

Por ejemplo, si van a venir amiguitos a casa, les explicaremos que vienen a jugar y tendremos que dejarles nuestros juguetes. Podemos concederles algún pequeño respiro, como esconder alguna de sus pertenencias más preciadas para que los niños se sientan más seguros.

No tengas prisa en actuar de árbitro cuando se den los conflictos

Muchas veces los niños se entienden mucho mejor sin la presencia de un adulto y son capaces de llegar a acuerdos de manera mucho más natural cuando no se da la intervención de terceros.

Y sobre todo, ten mucha paciencia. Enseñar a compartir no es fácil. Para los adultos, en ocasiones, resulta complicado ponerlo en práctica y para ellos, que tienen todavía un sentido de la posesión muy arraigado, tampoco resulta fácil en absoluto. Sé perseverante y dale las oportunidades necesarias para que consiga, poco a poco, comprender que compartir es una cualidad positiva y beneficiosa.

En qué consiste el método Montessori: el rol del alumno

Metodo MontessoriEn artículos anteriores hemos hablado de cómo es un aula Montessori y de cómo son los materiales específicos que se utilizan para el desarrollo de este tipo de pedagogía con el objetivo de que comprendas un poco mejor en qué consiste este método educativo. Hoy queremos profundizar en cuál es el rol del alumno en el método Montessori, ya que difiere bastante de la concepción convencional a la que estamos acostumbrados en nuestro sistema educativo.

Responsable y protagonista de su propio proceso de aprendizaje

El método Montessori es una pedagogía dirigida por los alumnos (child led) puesto que se les considera responsables de su propio proceso de aprendizaje y desarrollo. Para María Montessori el niño pasa por cuatro períodos evolutivos llamados «planos del desarrollo». Cada plano presenta sus propias características y es la base necesaria para que se dé el siguiente período.

  • Primer plano: Desde el nacimiento hasta los 6 años el niño absorbe todos los aspectos del ambiente que le rodea, el lenguaje y la cultura.
  • Segundo plano: De los 6 a los 12 años el niño explora el mundo con su imaginación y pensamiento abstracto.
  • Tercer plano: De los 12 a los 18 años el alumno desea comprender el sentido del ser humano en este mundo y entender cuál es la contribución que él mismo hace a esta sociedad.
  • Último plano: De los 18 a los 24 años el alumno ya se caracteriza por tener una mente de especialista para explorar el mundo y para encontrar su propio lugar en él.

«Cuánto más cuidamos las necesidades de un plano del desarrollo, mayor éxito tendrá el período siguiente» (La Mente Absorbente, María Montessori, Editorial Diana, 1998, pág. 245).

En el método Montessori el alumno tiene un papel mucho más protagonista y activo en su propio proceso de aprendizaje. Se les da la libertad para elegir con qué materiales trabajar o que proyectos quieren desarrollar (esto último en etapas educativas más avanzadas) ya que no se trabaja con libros de textos estandarizados sino por programas. Esta elección la hacen basándose en sus intereses, estado emocional o desarrollo evolutivo. Por lo tanto, también se le hace más responsable de su proceso de desarrollo, lo que no quiere decir que pueda hacer lo que quiera y cuando quiera.

En un aula Montessori hay normas y estructura. Los alumnos deben conocerlas y respetarlas, aprender a convivir y compartir con otros niños. Respetadas estas normas, se les confiere la libertad de dirigir su propio aprendizaje en base a sus necesidades individuales.

Dos ejemplos del proceso de aprendizaje dirigido por el alumno en el método Montessori

Pongamos dos ejemplos de actividades en las que los alumnos dirigen su propio aprendizaje basándonos en un grupo de alumnos de una etapa educativa de los 6 a los 12 años:

Proponer sus propias metas y gestionar los pasos necesarios para alcanzarlas

Una de las actividades que tienen que realizar estos alumnos es proponerse sus propias metas semanales.

Después deberán desglosar en pasos pequeños el proceso que les llevará a la consecución de esas metas al final de la semana y ordenarlo en un horario, gestionando los tiempos.

Al final de la semana tendrán que evaluar si han conseguido los objetivos propuestos, qué han programado correctamente y en qué puntos han fallado más. Todo esto de cara a aprender para la semana que viene a realizar las modificaciones necesarias tanto en las acciones que emprendieron, como en los ajustes de tiempo y objetivos propuestos.

Si al alumno no le ha dado tiempo a conseguir ni la mitad de los objetivos puede haber sido una cuestión de mala organización del tiempo, de haberse propuesto objetivos demasiado ambiciosos o de no haberse esforzado lo suficiente. El alumno tendrá que valorar y evaluar su propio proceso de aprendizaje y hacer los ajustes necesarios. Obviamente siempre contará con la supervisión y ayuda del profesor, aunque se intentará que ésta sea la mínima posible.

Participación activa en el contenido y en la presentación de aquello que se va a aprender

En las primeras horas de la mañana se desarrolla lo que en Montessori se llama «ciclo de trabajo». Los niños disponen de tiempo ininterrumpido para dedicarse a su trabajo y sus lecciones. Como el día no está dividido en asignaturas concretas con libros de texto, los maestros acompañan a los alumnos en la organización de su tiempo y trabajo para esa jornada como hemos comentado en el ejemplo anterior.

Los alumnos pueden trabajar individualmente o en grupos. Los maestros dan las lecciones a grupos pequeños y a veces ofrecen aprendizajes más específicos, como por ejemplo «cómo realizar multiplicaciones con decimales» o «cómo buscar palabras en el diccionario». Dos actividades que están siempre en todo currículo Montessori a estas edades son la investigación individual y los proyectos en grupo. Aquí también es decisiva la participación de los maestros, facilitando las múltiples tareas necesarias para que los niños puedan investigar sobre lo que les interesa.

Después de las primeras horas del ciclo de trabajo de ese día, los alumnos tienen una reunión en grupo con el objetivo de: presentar un proyecto a sus compañeros, discutir acerca de algún problema, o recibir una lección conjunta de parte de los maestros.

En estas reuniones es cuando los alumnos exponen de manera individual o en grupo el contenido de aquello que van a aprender, por ejemplo un tema de Historia. Para ello antes tendrán que realizar un proceso de investigación, de documentación, de síntesis, aprender a exponer delante de sus compañeros… Para ello potenciarán su creatividad en la forma en la que exponen estos temas o en los materiales en los que se apoyan (videos, documentales, fotos, canciones, realidad virtual…), y siendo completadas estas exposiciones por las correcciones pertinentes del profesor (si fueran necesarias), las preguntas de los compañeros, o los grupos de discusión que se puedan crear.

De esta forma los alumnos no se limitan a escuchar la lección del profesor, a tomar apuntes o a leer de un libro de texto, sino que se hacen responsables y participes en primera persona de este proceso.

Esta actuación en primera persona hace que la implicación con el currículo escolar y la asimilación de contenidos se produzca de una manera mucho más activa y profunda, adquiriendo no solo contenidos académicos sino también habilidades y destrezas transversales que les serán muy útiles en todas las materias y en el desarrollo de su vida, como son la capacidad de síntesis, resolución de conflictos, toma de decisiones, hablar en público o la capacidad de juicio crítico.

En el próximo artículo explicaremos cuál es el rol del maestro en este tipo de pedagogía y más adelante hablaremos de cómo sería un día típico en un aula en un grupo de niños de 3 a 6 años para que puedas seguir profundizando en el método Montessori. Esperamos haberte ayudado a aclarar un poco más tus ideas y te animamos a compartir este artículo con quién consideres que pueda serle útil. Puedes dejarnos un comentario o consultarnos todas las dudas que tengas. Estamos encantados de responderte y ayudarte en todo aquello que podamos.

7 claves para alentar a estudiantes desmotivados

estudiantes desmotivadosPara preocupación de sus padres, durante la adolescencia, muchos chavales entran en una fase de desgana y rebeldía que suele afectar a sus estudios. Casi de la noche a la mañana, no les importa sacar buenas o malas notas, no les interesa la mayor parte de los contenidos que deben aprender, asistir a clase y hacer deberes o estudiar se convierte en una molestia que les quita tiempo para hacer actividades que les gustan más, y muchos incluso ya no ven sentido a continuar con su formación. No es que se transformen de repente en unos vagos, sino que «pasan» de lo que no entra en sus intereses inmediatos y de lo que les hace sentirse frustrados, así que la clave para alentar a estos estudiantes desmotivados estará en ayudarles a reconducir su interés y trabajar en la motivación.

Cómo alentar a estudiantes desmotivados

1. Trabajo de base

Esta es en realidad una técnica proactiva que debemos implementar desde la infancia. Fomentar la curiosidad en los niños e inculcarles el sentido de la responsabilidad (ellos son responsables de sus resultados, no los maestros, ni los contenidos, ni la falta de tiempo…) hará que sea más difícil que caigan en la desmotivación cuando empiecen a encontrar dificultades o a interesarse por otras cuestiones.

2. Llegar a la raíz del asunto

Entender por qué nuestros hijos no se ponen a estudiar o a hacer sus deberes nos ayudará a darles la motivación que necesitan. A veces simplemente remolonean por pereza o están absortos en otra actividad y basta con un recordatorio directo (decirles que se pongan manos a la obra) o indirecto (alcanzarles la mochila, por ejemplo) para que empiecen.
Otras veces, las tareas académicas no entran en sus prioridades para la tarde o el fin de semana. En ese caso, los padres suelen prohibirles hacer sus planes hasta que hayan terminado la tarea, pero esto puede dar lugar a resultados chapuceros por querer acabar cuanto antes, así que puede funcionar mejor una negociación: dejarles salir, jugar, etc. a condición de que a tal hora/tal día se pongan a trabajar. Con esto les damos un voto de confianza, si no cumplen con su parte del trato tendrán que atenerse a las consecuencias (no se lo digas como amenaza, simplemente subraya la importancia de la confianza para que no quieran romperla).
En ocasiones, la desmotivación a la hora de abordar un trabajo se debe a la dificultad que plantea: el miedo a hacer algo mal a veces puede más que el temor a las consecuencias de no hacerlo. En estos casos, lo mejor es hablar con nuestros hijos para que no tengan miedo a ponerse a prueba y a equivocarse.

3. Refuerzo positivo

El refuerzo positivo de los logros potencia la autoestima de los chavales y les anima a intentar mejorar. Las recompensas (aunque no sean materiales) pueden funcionar, pero lo verdaderamente interesante sería intentar cambiar la motivación extrínseca por motivación intrínseca, es decir, que no les mueva el deseo de obtener la recompensa o contentar a sus padres y profesores, sino el de aprender y mejorar por su propio interés.

4. Desterrar el mito de «estudiar no sirve para nada»

En los medios es muy fácil encontrar ejemplos de ignorantes sin oficio ni beneficio que «triunfan» y si en casa vemos con frecuencia a ese tipo de personajes, nuestros hijos quedan expuestos a un modelo nada deseable. Procura exponer a tus vástagos a modelos de esfuerzo y cultura.

5. Dar cera, pulir cera

Cual Sr. Miyagi en Karate Kid, debemos enseñar a los jóvenes a combatir la impaciencia y hacerse con recursos para contrarrestar muchas dificultades de la vida. A medida que crecen, nuestros hijos se tienen que enfrentar a asignaturas cada vez más complejas, que muchas veces no les gustan y no entienden por qué tienen que estudiar. Podemos intentar motivarlos explicando la aplicación práctica del conocimiento abstracto, y debemos también hacerles ver que en la vida, muchas veces, hay que hacer cosas que no nos gustan o nos parecen irrelevantes para alcanzar un fin mayor.

6. Más no siempre significa mejor

Estudiar no es siempre sinónimo de aprender, algunos pueden pasarse horas y horas con los libros delante sin conseguir los resultados esperados. Nuestra tarea aquí será ayudarles a descubrir la forma de trabajar que mejor les funcione.

7. Dejar hacer

Siempre pensando que es lo mejor, muchos padres se empecinan en que sus hijos estudien lo que ellos quieren y no les dejan opinar ni decidir. La desmotivación en ese caso no se limita a estudiar a la fuerza unas asignaturas, sino a tener que enfrentarse a una carrera que no quieren y a dedicarse a una profesión que tampoco les atrae, así que el riesgo de fracaso aumenta. Naturalmente, debemos orientarlos desde nuestra experiencia, pero también darnos cuenta de que seguramente trabajarán más y mejor para conseguir entrar en la carrera que elijan ellos que en la que nos empeñemos nosotros.

En qué consiste el método Montessori: los materiales

Metodo MontessoriAunque el método Montessori se ha vuelto mucho más popular entre las opciones educativas para nuestros hijos en los últimos tiempos, este sistema pedagógico se diseñó a finales del siglo XIX y principios del XX por la médico y educadora italiana María Montessori y se lleva aplicando durante décadas con resultados muy positivos. Se caracteriza por una serie de aspectos muy específicos respeto a la organización de sus aulas (puedes leer un artículo al respecto aquí), los materiales que utiliza, la función del maestro en el proceso de aprendizaje y por supuesto la teoría pedagógica en la que se basa. Hoy vamos a profundizar un poco más en cómo son los materiales de un aula Montessori.

Materiales concretos y adaptados del método Montessori

Los materiales usados en el método Montessori están diseñados según la etapa evolutiva del niño, por lo tanto adaptados a su edad, y basados en la teoría de que la manipulación de objetos concretos fomenta el desarrollo del conocimiento y del pensamiento abstracto:

  • Son materiales que permiten a los niños explorar el mundo de manera individual e independiente y también trabajar en pequeños grupos, dependiendo de las necesidades y preferencias de cada niño en concreto y de cada momento.
  • Hacen posible la repetición puesto que puedes realizar la tarea una y otra vez hasta que sientas que la tienes dominada y por lo tanto promueven la concentración.
  • Los materiales tienen control del error, es decir, el propio material le mostrará al niño si lo utilizó correctamente. De esta manera los niños van aprendiendo que el equivocarse forma parte del proceso de aprendizaje, estableciendo una actitud positiva, haciéndose responsables de su propio progreso y desarrollando la confianza en sí mismos.
  • Tienen la cualidad de aislar las dificultades, es decir, cada material introduce una única variable, un solo concepto nuevo (siempre unido a una habilidad relacionada con ese concepto), aislándolo y dejando los demás conceptos sin modificar.
  • Cada material enseña un concepto y una habilidad al mismo tiempo.  Por ejemplo, “los marcos de vestir” enseñan a los niños a subir y bajar las cremalleras, abrochar los botones y atar cordones.
  • Van introduciendo nuevos conceptos poco a poco y aumentando la complejidad de los mismos cuando se va dominando los conceptos anteriores y así el alumno se siente preparado para pasar al siguiente nivel. Mientras el niño progresa, el maestro debe ir facilitándole nuevos materiales para que la complejidad del aprendizaje vaya en aumento y se adapte a las necesidades reales de cada niño.
  • Los materiales del método Montessori apuestan por materiales «nobles» como la madera, la lana… evitando el plástico y lo sintético.

Materiales accesibles y un solo ejemplar

Los materiales del método Montessori deben estar colocados en lugares del aula visibles y accesibles para los niños, donde puedan alcanzarlos y hacer uso de ellos sin tener que pedir permiso o ayuda a un adulto, fomentando de esta manera la independencia a la hora de manipularlos cuando sea necesario, así como la libertad de elección. Están colocados en estanterías adaptadas al tamaño del grupo de edad de los niños de esa aula en concreto y colocados de izquierda a derecha, de menor a mayor complejidad.

Otra característica de la pedagogía Montessori que es muy llamativa es que sólo hay un ejemplar de cada material por aula, es decir que si un niño está utilizando un material y otro niño lo quiere utilizar también, tendrá que aprender a pedirlo, a compartirlo o a esperar su turno.

Materiales organizados por área temática

Tal y como explicamos en el artículo anterior En qué consiste el método Montessori: el aula, un aula Montessori tiene que estar dividida en diferentes espacios bien diferenciados dónde se trabajan las diferentes áreas temáticas: matemáticas, lectura, tareas de la casa, arte y manualidades, etc., de manera individual o en pequeños grupos. Por lo tanto, los materiales están organizados de la misma manera, cada material en la zona temática del aula que le corresponde. En el método Montessori no se trabaja por asignaturas ni con libros de textos estandarizados, sino por proyectos de larga duración y ambientes estructurados.

Resumiendo, estos materiales ayudan a que cada niño alcance su máximo potencial en todos los ámbitos de la vida. Son actividades y tareas que promueven el desarrollo de habilidades sociales, el crecimiento emocional y la coordinación física, así como la preparación cognitiva para los futuros esfuerzos académicos intelectuales y la adquisición de conceptos y habilidades respetando las diferencias individuales de cada alumno.

Esperamos que esta información te haya resultado útil y que ahora tengas más claro en qué consiste el método Montessori y así poder elegir la opción educativa que se adapte mejor a las necesidades de tu hijo. Puedes dejarnos un comentario o consultarnos todas las dudas que tengas al respecto de este artículo o de artículos anteriores. Estamos encantados de responderte y ayudarte en todo aquello que podamos.

Lecturas aterradoras para morirse de risa

lecturas-aterradorasUna actividad divertida para una tarde lluviosa es leer con tus hijos lecturas aterradoras para morirse de risa, se lo pueden pasar de miedo y ver que tanto brujas, fantasmas o monstruos son seres molones y nada aburridos que les ayudarán a conocer e interiorizar mejor sus miedos. Si quieres saber más del tema puedes leer el artículo 4 trucos para enfrentarse a algunos terrores infantiles en Halloween.

A los niños les encanta que les leas cuentos. Hazte con marionetas para hacer la actividad más divertida o echa mano de las magníficas ilustraciones que vienen en los libros o crea junto a tus hijos tus propias ilustraciones.

Y si hablamos de lecturas aterradoras y divertidas de brujas y fantasmas, quien mejor que la escritora y poeta infantil Carmen Gil quien en uno de sus poemas dice:

Yo no tengo ningún miedo
de fantasmas fantasmones.
El miedo me importa un bledo,
pues se espanta con canciones.

(Carmen Gil, extraído del libro ¡Qué miedo!)

Carmen Gil ha escrito muchos libros para niños donde desmitifica a esos horribles seres como son las brujas, los vampiros, los fantasmas y los dragones volviéndolos seres simpáticos y divertidos que se meten en más de una aventura de la que no siempre salen bien parados. Muchos de sus libros están escritos en poesía con una rima alegre y pegadiza y muy repetitiva, muy del agrado de los niños. Sus personajes, a veces algo patosos pero con gran ternura, te sacarán más de una sonrisa. En todos sus libros puedes encontrar valores como la amistad, la bondad, la tolerancia y el respeto a los demás, sobre todo el respeto a los que son diferentes.

Las lecturas aterradoras para morirse de risa

Te recomiendo que leas estos libros porque están llenos de humor y parodia que los hace muy gratos y amenos. Son libros aptos para niños desde los 4 años a los 103 o más… Entre sus muchos libros voy a destacar estos.

¡Qué miedo!

que-miedoEn él vas a conocer a muchos y graciosos monstruos y unas historias que os van a desternillar de risa. Conocerás a un fantasma que se le encoge la sábana, a un cuervo que le entra la risa floja o a un vampiro al que le cuesta mucho asustar porque tiene el calcetín roto.

Se le ha roto el calcetín
al vampiro Draculín
y todo el mundo le ve
el dedo gordo del pie.

Dicen que al fantasma Guido
la sábana le ha encogido
y ahora, de frente o de espaldas,
siempre asusta en minifalda.

(Carmen Gil, fragmento del libro ¡Qué miedo!)

Monstruos, brujas y fantasmas

En este libro vais a conocer a personajes tan variopintos como estrafalarios que tienen una cosa en común, son diferentes. Hay un dragón que quiere ser pirara, un vampiro que tiene reúma, una bruja novata que no hace más que trastadas, un lobo que pasa mucho calor, y jajaja, vamos a conocer cómo son los pedos de un gigante. Estos y otros muchos enredos podrás leer en este libro, donde tienes la risa asegurada y te encariñarás con estos tiernos «monstruitos».

monstruos-brujas-y-fantasmas¿Qué le ocurre al fantasma Cucufate?

El fantasma Cucufate
se dio ayer un sofocón:
se manchó de chocolate
la sábana de algodón.

La metió en la lavadora,
le echó mucho detergente
y la lavó media hora
con el agua muy caliente.

Y ahora como alma en pena,
enfadado y afligido,
vaga de almena en almena:
¡la sábana le ha encogido!
…….

(Carmen Gil, extraído del libro Monstruos, brujas y fantasmas)

Las brujas trillizas

Este divertido libro nos cuenta la historia de tres brujas trillizas Braulia, Brígida y Brunilda, que siempre meten la pata en la Academia de Brujería. Cuando obtienen el título de Diplomadas en Brujería se van a hacer las prácticas a un colegio de niños normales al que llegan volando con sus modernas escobas automáticas, con airbag, asiento ergonómico, y CD incorporado. En el colegio causarán más de un enredo con el que la carcajada está asegurada.Las-brujas-trillizas

Miss Bruja
Para ser bruja preciosa
debes oler siempre a ajo,
tener la cara verdosa
y los pelos de estropajo.

Ser huesuda y orejuda
y lucir en la nariz
una verruga peluda
larga como una lombriz.

Tener un único diente
y una colosal joroba.
Hablar con voz estridente
y apoyarte en una escoba.

Si además de todo esto te vistes siempre de oscuro
y vives en sitio infectado serás Miss Bruja, seguro.

(Carmen Gil extraído del libro Las brujas trillizas)

Brujas

Brujas es un libro de poesía en el que nos habla de esas temidas mujeres, las brujas, pero no esas brujas de siempre malhumoradas y feas, estas son unas brujas muy modernas que hacen cursillos online de brujería o se sacan el carnet de conducir escobas o algo muy gracioso, se compran discos de gemidos y aullidos para escuchar música y celebran sus cumpleaños como cualquier hijo de vecino.brujas

A la bruja Margarita
le han comprado una varita.
Como no lleva instrucciones,
¡se da tantos sofocones…!
No hace un hechizo derecho.
Para sacarle provecho,
la usa de noche y de día,
y lo que hechiza, lo lía.
A un príncipe una mañana
quiso convertir en rana.
Aunque lo hizo despacito,
¡lo convirtió en huevo frito!
….

(Carmen Gil fragmento del libro Brujas)

En este libro conoceremos a las brujas Agripina, Blanca, Carlota, al gato de la bruja Alegra, y muchos más, asistiremos a la pasarela Brujeril, nos enseñará a ser una bruja terrible, ible, ible, e incluso a hacer pócimas repugnantes con poesías ágiles, en rima consonante, pegadizas y llenas de humor.

El gato de Alegra
El gato rayado
de la bruja Alegra
hoy se ha enamorado
de una gata negra.

Y cuando la mira,
el gatito Arnáu,
maúlla y suspira:
“Miau requetemiáu”.
…..

(Carmen Gil, fragmento del libro Brujas)

Además de estos libros de poemas de lecturas aterradoras puedes leer también sus novelas Soy una bruja, Los fantasmas de la mansión de tía Ágata, los poemarios El libro de mi-mi-miedo, El libro de los monstruos, Un vampiro en el Polo, los cuentos Los Vampiria no descansan: una familia de vampiros en apuros, Pinto y la bruja Braulia, Cuentos para pasar miedo… o no tanto, Un fantasma con asma o Cuentos mágicos de brujas y otros muchos más de la más variada temática, el gusto por la lectura, el respeto a los mayores, la solidaridad, la autoestima, la diversidad cultural…

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