Aunque las peleas entre nuestros hijos son algo habitual y normalmente no tienen mayor importancia, podemos intentar evitar que se produzcan conflictos entre nuestros hijos intentando generar un buen clima fraternal y favorecer un vínculo afectivo y positivo entre ellos. Veamos algunos consejos para evitar las peleas entre nuestros hijos.
Enséñales a compartir y a pedir adecuadamente las cosas
Tenemos que enseñarles a tener cosas en común para que vean que ambos pueden disfrutar de ellas, primero por turnos y después mostrarles que pueden disfrutarlas más si juegan con ellas juntos.
Enseña a tus hijos las palabras mágicas: por favor, gracias, perdón. Muchas veces el conflicto empieza cuando uno quita algo al otro o cuando le grita que se lo dé
Enséñales a expresar sus sentimientos sin discutir ni pelear
Tienen que aprender a expresar sus sentimientos aunque sean de enfado y rabia. Si nosotros estamos enfadados podemos decirles que estamos muy enfadados y que cuando nos tranquilicemos, hablaremos de ello. Del mismo modo, si ellos están muy enfadados, hay que intentar que se tranquilicen para que después puedan explicarnos el motivo de su enfado.
Predica con el ejemplo
Los niños aprenden imitando a sus mayores. Si nos ven resolver los conflictos de manera pacífica, ellos imitarán nuestro comportamiento. Si nos peleamos con nuestra pareja o les reprendemos a ellos a gritos, será mucho más difícil pedirles que actúen de otra manera cuando se relacionen entre ellos. Es importante que si alguna vez nos equivocamos y reaccionamos gritando enfadados (le puede pasar a cualquiera), vean que pedimos disculpas a la persona a la que hemos gritado. Así aprenderán a pedir perdón en sus confrontaciones.
Reserva tiempo para cada uno
Los niños que se sienten queridos y aceptados tal como son pelean menos. Su rivalidad será mucho menor si pasas un tiempo especial con cada uno de ellos.
Fomenta que realicen juntos actividades no competitivas
Pueden contarse cuentos, dibujar, cantar o compartir una película.
Enséñales a ser empáticos
Si queremos que nuestros hijos tengan una buena relación, debemos darles herramientas que les permitan conseguirlo. Una de estas herramientas es la empatía: no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti. Ayuda a tus hijos a ponerse en la piel de otros y a pensar primero cómo va a afectar su comportamiento a la otra persona.
Facilita un ambiente donde esté presente la interacción positiva y escúchales
La comunicación fluida es fundamental para mantener una buena relación con nuestros hijos, por lo que debemos acostumbrarnos a escuchar y comprender a los niños. Tenemos que intentar crear un entorno donde se pueda hablar de todo lo que pasa en casa y los problemas que surgen, buscando entre todos la solución que nos parezca más adecuada.
Refuerza positivamente sus conductas adecuadas
Es fundamental para evitar las peleas entre nuestros hijos, prestarles atención y alabarles cuando jueguen juntos sin discutir o cuando logren superar uno de sus conflictos sin gritar o pegarse.
Explícales que sus hermanos son para siempre
Por último, explica a tus hijos que sus hermanos van a estar con ellos toda la vida y pueden convertirse en sus mejores amigos. Los otros amigos vienen y van, sus hermanos estarán ahí siempre.