Una buena comunicación entre padres y profesores es de vital importancia para evitar el fracaso académico y prevenir problemas de conducta como el acoso escolar. Sin embargo, por distintas razones, en los últimos tiempos parece difícil conseguir una coordinación efectiva entre padres y docentes. En este artículo repasaremos las causas más habituales del deterioro en la relación entre escuela y familia y propondremos algunos consejos para corregir y revitalizar esta conexión tan importante para la educación de nuestros hijos.
Obstáculos a la coordinación efectiva entre padres y docentes
Más allá de algunas desavenencias personales que puedan surgir en casos particulares, los principales factores que perjudican una buena comunicación entre padres y maestros son estos:
- Cambios sociales: Hace más de cien años, las comunidades estaban muy implicadas en las escuelas, pero a medida que se fue especializando la figura del profesor, las familias se fueron apartando, asumiendo una parte de la educación de sus hijos y dejando otra totalmente en manos de los maestros. Esta percepción de responsabilidades aisladas está todavía vigente en la sociedad actual.
- Indecisión: Muchos padres no saben cuándo deben/pueden acudir a la escuela y acaban yendo a hablar con el maestro solo si este les cita.
- Falta de tiempo: Las exigencias de la vida laboral de muchos padres les impiden acercarse de vez en cuando al colegio para hablar con los maestros o participar en actividades para las que se solicita su colaboración.
- Desinterés de los padres: También hay padres que disponen de tiempo libre pero prefieren dedicarlo a sus aficiones o al descanso porque consideran que las reuniones de padres no les aportan nada o que lo que haga su hijo en el colegio es cosa del maestro.
- Actitud negativa del profesor: Aunque, en general, el profesorado está abierto a las entrevistas con los padres, también hay algunos maestros que por, malas experiencias pasadas, eluden en la medida de lo posible estas reuniones, y otros que muestran una actitud autosuficiente que hace que las tutorías no sean productivas.
5 consejos para una coordinación efectiva entre padres y docentes
- Debes comprender que padres y maestros persiguen un objetivo común, aunque cada uno tiene sus funciones y debe tener claras cuáles son. Además, los padres deben confiar en el saber hacer de los profesores y los profesores en la capacidad de los padres.
- Saca tiempo para asistir a reuniones periódicas y prepáralas. No seas de los que dicen que si el niño va bien, ¿para qué vas a ir a la tutoría? Tampoco vayas a pasar el rato; piensa en los temas que te gustaría comentar o las preguntas que te gustaría hacer al maestro, que a su vez también preparará la reunión. Es importante además que incluso cuando se trate algún asunto espinoso, se discuta con educación y respeto por ambas partes.
- La sinceridad es esencial para una buena coordinación efectiva entre padres y docentes. No se trata de quedar para poner verdes a los niños, pero negar los problemas o tratar de ocultar defectos no sirve para ayudar de verdad a nuestros hijos. Conocer bien a un niño permite acordar planes de acción en casa y en la escuela para corregir conductas inapropiadas, motivarle más y ayudarle a superar dificultades o a trabajar mejor.
- Interésate por la vida en el cole. Lee la documentación que genera la escuela (página Web, boletines…) y, sobre todo, habla con tu hijo; pregúntale qué tal le ha ido el día, con quién ha jugado en el recreo, qué ha aprendido en tal o cual asignatura…
- Apoya al maestro. Si tu hijo vuelve a casa diciendo que le han regañado o «castigado» a repetir una tarea, no le compadezcas automáticamente. Averigua qué ha pasado y haz entender al niño por qué ha recibido esa bronca o castigo. Y si consideras que no había motivo, háblalo directamente con el profesor, sin desautorizarlo ante el niño.