Aunque pocas relaciones son tan cercanas como la que comparten los hermanos, es raro encontrar un niño que no se pelee o se haya peleas con los hermanos. Las discusiones entre hermanos son parte de la vida familiar. Sus diferentes personalidades y edades pueden jugar un papel importante en sus riñas aunque la mayoría de las veces estamos hablando de problemas puntuales por cosas de poca importancia.
La rivalidad entre hermanos es una parte normal del crecimiento pero puede volver locos a los padres. Debemos tener en cuenta que estas peleas no quieren decir que nuestros hijos no se quieran. También podemos preguntarnos por qué discuten mucho más con su hermano que con cualquier otro niño. Esto es debido fundamentalmente a la convivencia, los hermanos pasan juntos muchas horas y siempre hay una excusa para discutir: por el trozo más grande de una chocolatina, por un juguete, por el lugar donde se sientan en la mesa, por quién se baña primero, etc.
Detrás de estas discusiones hay una serie de razones que les llevan a pelearse. Veamos ahora por qué se pelean los hermanos.
Intentan llamar la atención
Lo más importante que comparten y por lo que luchan es el amor y la atención de sus padres. Si quieren llamar la atención y han descubierto que cuando discuten con su hermano la obtienen, harán todo lo posible por conseguirla.
Cuando llega un nuevo bebé a la familia, puede ser duro para el hermano mayor que descubre que ha dejado de ser el centro de atención. Eso puede llevarle a molestar a su hermano pequeño o incluso a pegarle.
Las necesidades especiales de uno de los hijos por una enfermedad, problemas de aprendizaje o emocionales requieren más tiempo de los padres y si el hermano nota la diferencia, puede pelear y comportarse mal para llamar la atención.
Les resulta difícil compartir
La mayoría de las casas no tienen recursos ni espacios ilimitados. Esto significa que los hermanos tendrán que compartir algunas de sus posesiones o su habitación. Compartir su juguete favorito con un hermano puede ser especialmente difícil para un niño pequeño. Es una simple cuestión de celos y de la necesidad de defender su territorio.
Tienen personalidades diferentes
La personalidad de los hermanos, su sentido del humor o su capacidad de adaptación juegan un papel muy importante en la manera en que se llevan entre ellos. Si uno de tus hijos es tranquilo y al otro le resulta muy difícil estarse quieto, es fácil que se peleen a menudo.
La edad y las diferencias de género también pueden propiciar las peleas infantiles.
Se sienten tratados injustamente
Los niños son como pequeños abogados, suelen tener un concepto fuerte de la justicia y la igualdad, por lo que es posible que no comprendan por qué sus hermanos de otras edades son tratados de otra manera o que sientan que su hermano recibe un trato preferencial.
En definitiva, los hermanos se pelean por todo y por nada. Sus peleas son algo habitual y parte normal del proceso de aprendizaje y no nos tienen que preocupar. En muchas ocasiones, se pelean porque todavía no conocen una manera mejor de resolver los conflictos y usan la violencia verbal o física como la única solución que conocen para conseguir lo que quieren. En general, no tardan en reconciliarse y vuelven a jugar juntos, tan amigos como siempre.