Con la vida tan ajetreada que llevamos adultos y niños, siempre parece que entre semana el tiempo pasa rápido y las tardes en familia quedan reducidas a la mínima expresión. En cambio, las tardes invernales de los fines de semana o días más desocupados pueden hacerse infinitas y aburridas para todos si nos quedamos en casa sin nada concreto que hacer. Aquí tenéis algunas ideas para aprovechar las tardes de invierno en familia divirtiéndoos y aprendiendo juntos.
1. Salir a pasear aprovechando las horas de sol
Aunque muchos días el tiempo nos invite más a quedarnos en casa con la calefacción a tope, la familia necesita orearse, así que abrigaos bien y aprovechad las primeras horas de la tarde para salir a jugar a un parque cercano o dar un paseo por la ciudad o por el campo si el tiempo no es demasiado malo y tenéis algún espacio natural cerca.
2. Buscar una actividad cultural que pueda gustar a todos
Los museos y centros culturales suelen estar abiertos todo el año y son una buena opción de ocio familiar fuera de casa. Seguro que hay alguna exposición o espectáculo que os apetezca ver, así que no hagáis pereza: mirad el programa cultural local, elegid una actividad que os guste a todos y moveos.
3. Tardes de invierno en familia… y en el cine
A todo el mundo le gusta el séptimo arte, pero ir toda la familia al cine todas las semanas es un presupuesto para pocos bolsillos. Como alternativa, podemos alquilar una película, buscar en la guía de la TV alguna interesante, mirar entre la colección de DVD de casa… Podéis hacer palomitas y ver la película en la tele o con un proyector casero, que podríais fabricar otra tarde como proyecto familiar.
4. Hacer manualidades
El arte y las manualidades tienen muchas ventajas para toda la familia: desarrollan la creatividad, ayudan a los niños a ganar precisión, son relajantes, podemos crear objetos útiles, nos permiten divertirnos juntos… En nuestra categoría «Familia» encontrarás un montón de manualidades que puedes hacer con tus hijos.
5. Jugar juntos
La mejor opción son los juegos pensados para varios jugadores y que tienen una dinámica clara, porque así puede jugar toda la familia y es fácil para los adultos entrar en el juego, pero con imaginación, paciencia y voluntad, podéis jugar todos juntos con cualquiera de los juguetes que hayan llegado a casa en Navidad.
6. Cocinar juntos
A los niños les encanta pringarse y hacer mezclas de comida imposibles, pero no hace falta que conviertas la cocina en el laboratorio de un pequeño profesor chiflado, bastará con que dejes que te ayuden a preparar galletas, un bizcocho o incluso una merienda completa. Si la receta es sencilla y no entraña peligros (cuchillos, horno…) puedes «ayudarle» tú y dejar que el niño sea el chef.
7. Cuentacuentos
Los cuentos son muy beneficiosos para la formación y el desarrollo de los niños y si dedicas un rato a sentarte con ellos a leerlos o a contárselos, además de fomentar en ellos el interés por la lectura, estarás fortaleciendo los lazos emocionales de la familia. Si el niño ya sabe leer, algún día podéis intercambiar los papeles y dejar que sea él el narrador. Y si queréis prolongar la diversión, podéis involucrar a todos los de la casa en una sencilla dramatización.