Con las vacaciones escolares en ciernes muchos padres se plantean la posibilidad de proponer a su hijo un cuaderno de vacaciones. Estos cuadernos surgieron hace treinta años como material de apoyo para niños que habían suspendido en junio y debían examinarse en septiembre, pero enseguida se popularizaron también como actividad de repaso o incluso entretenimiento para los que aprobaban en junio. Sin embargo, en los últimos tiempos, son muchos los pedagogos que cuestionan su necesidad y eficacia.
¿Necesita tu hijo un cuaderno de vacaciones?
A favor
- Un buen cuaderno de vacaciones puede reforzar lo que ha aprendido el niño durante el curso para empezar el siguiente con buen pie.
- Trabajar con un cuaderno de vacaciones ayuda a los niños a no perder el hábito de trabajo durante el verano.
- Sirve a los padres para mantener quietos y ocupados a los niños durante un rato cada día.
- Hay una gran variedad para elegir el que mejor se adapte a nuestros hijos por contenido, diseño, tipo de actividades…
En contra
- Si el niño ha ido bien durante todo el curso, volver a lo mismo le resultará aburrido y puede ser contraproducente. Si no ha acabado muy bien el año escolar, el cuaderno de vacaciones puede ser una ayuda, pero no es la panacea: habría que detectar todas las causas del fracaso para ponerle un auténtico remedio.
- Los niños ya han trabajado bastante durante el curso y, como los adultos, necesitan «desconectar». ¿Cómo te sentirías si durante tu mes de vacaciones el jefe te obligase a hacer durante un rato al día lo mismo que haces en el trabajo «para que no pierdas el hábito»?
- El formato y la dinámica de los cuadernos de vacaciones puede recordar demasiado al cole y producir cierto rechazo en los niños, ya hartos de todo el curso. Hay otras formas de mantener su mente activa (lecturas recreativas, juegos de ingenio, exploración del entorno y visitas a otros lugares…) que podrían tener mejor aceptación entre los pequeños de la casa.
- Puede resultar bastante caro comprar cuadernos de todas las asignaturas, incluso aunque solo haya que comprar para un hijo, así que si tienes dos o más ni te cuento.
El veredicto
Los cuadernos de vacaciones no son de por sí ni buenos ni malos. A la hora de la verdad, eres tú quien tiene que decidir si deberías comprar o no a tu hijo un cuaderno de vacaciones. La intención de esta exposición no era tomar la decisión por ti, sino ofrecerte argumentos en ambos sentidos para ayudarte a determinar la conveniencia de que tu hijo en concreto trabaje este verano con cuadernos de vacaciones.
Nuestro consejo, si no lo tienes claro, es que hables con sus maestros antes de que acabe el curso por si tienen alguna sugerencia y también que tantees al niño para conocer su actitud ante la perspectiva de dedicar parte de sus vacaciones al repaso.
Si te decantas a favor del cuaderno, recuerda dejar un par de semanas libres al niño antes de que empiece a usarlo para que pueda «resetear» la cabeza y le sea más provechoso el trabajo siguiente. También es importante no agobiarle con obligaciones, déjale un poco de libertad para elegir cuándo se pone a trabajar y cuántas actividades va a hacer.
Y si prefieres pasar de cuadernillos, no olvides que hay otras formas de educar y entretener en vacaciones, ¡aprovéchalas!