Como es natural, todos los padres quieren lo mejor para sus retoños y por eso mismo muchos acaban cometiendo una serie de errores habituales en la educación de niños y adolescentes que terminan pasándoles factura a ellos mismos o a los hijos. En este artículo repasaremos estos errores frecuentes para ayudarte a no tropezar en esas piedras.
Error nº1: Adorar al niño
Para un villancico no está mal, pero en la vida real no funciona. A los hijos hay que quererlos, por supuesto, pero no idolatrarlos. Por mucho que desearas tenerlos y por importantes que sean en tu vida, debes asumir que no son perfectos y que no siempre harán todo bien, y no debes olvidar que la familia necesita más equilibrio que hijocentrismo.
Error nº 2: Ser «padres helicóptero»
Esta expresión que se puso tan de moda hace unos años no significa otra cosa que sobreproteger, o más bien hiperporteger, a los hijos y es uno de los errores habituales en la educación. Justificarlos siempre, no dejarles resolver nunca solos sus conflictos, desvivirse para que no se lleven un disgusto o cojan un berrinche, evitarles cualquier esfuerzo… solo sirve para entorpecer su desarrollo personal. Pero cuidado, tampoco hay que irse al polo opuesto.
Error nº 3: Querer ser el mejor amigo de tu hijo
Querer ser los mejores amigos de nuestros hijos nos lleva a buscar la aprobación constante de nuestros vástagos y, muchas veces, a la permisividad. Como adulto que actúa por el bien del menor, de vez en cuando vas a tener que contrariarlo y no debes sentirte mal por ello: la mayor parte del tiempo los padres deben poner límites y tomar decisiones sin negociar.
Este error se ve con frecuencia agravado por falta de coordinación con el otro progenitor en una competición (a veces inconsciente) por ser el «más guay». Ten cuidado de no caer en esa dinámica y actúa siempre de forma consensuada con tu pareja.
Error nº 4: No dejar a los niños ser niños
Los niños necesitan explorar, jugar, disfrutar de la infancia en definitiva. Si les organizamos una agenda más apretada que la nuestra, los vestimos como adultos (hoy sin ir más lejos he visto a una niña más maquillada que yo) y coartamos su imaginación y su comportamiento infantil, estaremos haciendo que quemen una etapa muy importante de su vida sin disfrutarla.
Error nº 5: Dar mal ejemplo (aunque sea sin querer)
Este error es en realidad un cúmulo de pequeños errores: prometer algo y no cumplirlo, decir una cosa y hacer otra, establecer reglas para la familia pero no aplicárnoslas de vez en cuando… Los niños se fijan en todo lo que hacemos, así que recuerda que, para bien o para mal, los estás educando durante todo el tiempo que pasas con ellos.
Error nº 6: Dar demasiada importancia al tema académico
Algunos padres sobrevaloran el rendimiento académico de sus hijos sin tener en cuenta que en ese resultado inciden diversos factores y que un chaval con unas notas no muy brillantes puede tener otras muchas cualidades. Lo importante es apreciar a la persona en conjunto, no solo en una faceta, y ayudarle a desarrollar todas las capacidades que tiene.
Error nº 7: Competir con otros padres
Nada hace aflorar la competitividad en los padres como los corrillos a la puerta de la escuela en época de evaluación y las competiciones escolares. Que si mi niña ha marcado no sé cuantos tantos, que si mi niño tiene sobresaliente en todo… Como padres o como hijos, todos hemos conocido a algún padre petardo que disfruta poniendo a su retoño por encima de todos los demás. Procura no entrar al trapo; este comportamiento pone demasiada presión en los hijos de cualquier edad y fomenta ideas como que hay que subir aunque sea pisando cabezas.
Error nº 8: Intentar educar al hijo que te gustaría tener, no al que tienes
Un hijo no es un mini-yo. No le obligues a practicar los hobbies que tú quieras, ni le fuerces a elegir la carrera/profesión que te gustaría para él, utiliza tu experiencia y sabiduría para guiarle y ayudarle a explorar su potencial, pero no quieras vivir a través de él.