Juego y aprendizaje van de la mano desde tiempos inmemorables. Ya en la Antigüedad, los niños aprendían técnicas y estrategias a través del juego y la imitación y en la actualidad, la llamada gamificación se está apoderando no solo de las aulas sino también de diversos entornos profesionales. Y es que el juego promueve una educación basada en la capacidad de pensar, resolver problemas e interactuar y también es un gran aliado a la hora de motivar a los aprendices. Las jugueterías y ludotecas están llenas de juegos etiquetados como «educativos», pero si lo pensamos bien, cualquier juguete puede utilizarse de una forma educativa. Aprovechar las dinámicas archiconocidas de juegos que todos tenemos por casa es una buena manera de renovar juegos clásicos que ya empezaban a quedarse arrinconados en la pila de juguetes y emplearlos para reforzar el aprendizaje en familia y de una forma amena.
Aprende a renovar juegos clásicos de una forma educativa
Con un poco de imaginación, es fácil reciclar un juego viejo para darle una nueva utilidad educativa, pero hacerlo con eficacia te resultará más fácil todavía si sigues estos consejos:
- Selecciona el tema a repasar en función del juego y el juego en función del niño. Piensa en la edad y los gustos de tu hijo y en cómo se ajustan las dinámicas de los juegos que quieres renovar a los distintos temas que quieres que repase.
- Tómate tu tiempo para planificar el contenido y, si es preciso, ajustar un poco la dinámica. Si el nuevo juego resulta demasiado fácil el niño se aburrirá y si es demasiado difícil es posible que acabe desmotivado.
- Optimiza materiales pero no escatimes en preparar partes nuevas (un tablero, tarjetas…). Los pequeños de la casa pueden ayudarte; así se entretienen, van repasando y obtienen la satisfacción de colaborar con sus padres/hermanos en la preparación, lo que a su vez les dará más ganas de jugar.
- Sé realista y no esperes resultados impecables. No se trata de explotar a tus hijos en un taller clandestino de juegos lucrativos, sino de reciclar un juguete para usarlo en casa, así que no hagas un gran despliegue de medios para dejar todo niquelado, basta con un resultado lo bastante bueno como para poder jugar.
- Dosifica la renovación y los juegos para que el niño no acabe aborreciendo el tema estudiado ni el juego.
3 sugerencias para renovar juegos clásicos
Aquí tienes algunas sugerencias para empezar. Se trata de tres juegos muy conocidos que pueden cubrir distintas edades y temas.
¿Quién es quién?
La sencilla dinámica de preguntas y descarte de este juego es ideal para trabajar distintos temas durante los primeros años de Primaria. La renovación más evidente es utilizar el juego tal cual pero en inglés para practicar preguntas, respuestas cortas y vocabulario relacionado con la apariencia, pero para darle otro uso en nuestra lengua, también podemos personalizar los tableros y las tarjetas para que los niños identifiquen animales (por sus características), números largos (por las cifras que contienen), deportes (por equipación, reglas), etc.
Tabú
La adaptación de este juego puede resultar muy divertida tanto para niños de Primaria como para chavales de Secundaria. Aprovechando el tablero, las fichas, el reloj y la bocina del juego original, podemos crear tarjetas para que los jugadores averigüen palabras relacionadas con distintos temas/asignaturas. La necesidad de evitar las palabras tabú en las descripciones enriquecerá sus recursos de expresión en general y les ayudará a relacionar conceptos de esos temas en particular.
Trivial
Cambiar las categorías y preguntas de este popular juego es una buena opción para hacer un repaso veraniego de todo un curso para cualquier edad en la que ya se requiera una serie de conocimientos «enciclopédicos».
¿Ya has probado nuestras sugerencias? ¿Se te ocurren otras formas de renovar juegos clásicos? ¡Cuéntanoslo!