La mejor estrategia para manejar las rabietas en un niño con síndrome de Asperger es prevenirlas, como explicamos en el artículo Trucos para prevenir las rabietas en un niño con síndrome de Asperger. Pero no siempre es posible evitarlas y nos llevará algún tiempo trabajar en esa prevención. Así que, tranquilo, hoy te presentaremos algunas estrategias que puedes intentar en el momento en el que sucede la pataleta para que la situación no se convierta en incontrolable.
La intimidación o las amenazas no son la mejor solución para manejar las rabietas en un niño con síndrome de Asperger
Lo que el niño tiene que entender es que su comportamiento hace menos probable que consiga lo que quiere, pero no se lo hagas entender a base de amenazas. Es mejor decir con calma y seguridad «Sé que quieres ir a casa, pero antes tenemos que hacer unos recados. Cuando te calmes hablaré contigo sobre a qué hora vamos a ir a casa. Hasta que no te calmes no podemos hablar». Que decir con amenazas: «cómo no te calmes te castigo sin tele toda la semana». Esto sólo alimenta la frustración y enfado del niño.
Intenta mantener la calma
Por muy tensa que sea la situación y aunque seas el centro de atención de toda la calle por la rabieta que está montando tu hijo, no pierdas la calma. Olvida lo que los demás puedan pesar y actúa con serenidad y seguridad. Utiliza un tono calmado pero firme. Es justo lo que quieres transmitirle a tu hijo en ese momento.
Da a elegir entre opciones en vez de dictar ordenes
Si crees que se avecina un estallido porque tu hijo no quiere hacer algo que se espera que haga, intenta manejarlo ofreciendo la posibilidad de elegir entre dos opciones. Por ejemplo, podrías decir “Prefieres hacer los deberes ahora o en 10 minutos?”. Está claro que tu hijo puede responder “Ni ahora ni en 10 minutos. No quiero hacer los deberes”. Si esto sucede, explícale con serenidad pero con firmeza «hacer los deberes» no es negociable, pero que sí que puede decidir «cuándo hacer los deberes, ahora o en 10 minutos». Con esto no solo estamos intentando evitar una rabieta, también estamos trabajando en un estilo educativo democrático, en el que combinamos autoridad con flexibilidad.
Aquí tienes otros ejemplos de demandas presentadas como opciones: «¿Prefieres ponerte los guantes verdes o los negros?», es mejor que dar la orden «Ponte los guantes». «¿Prefieres la leche en taza o en vaso?», le estás mandando el mensaje de que tiene que tomar leche para desayunar pero el sólo hecho de elegir en qué recipiente la toma ayuda muchísimo a que tu hijo acepte esa demanda.
Refuerza los pequeños avances
Cuando veas que tu hijo está manteniendo la calma en una situación que para él es difícil, refuerza esos pequeños avances, aunque sea con un pequeño gesto o detalle. Por ejemplo, di algo como “He visto que has controlado tu enfado cuando tu hermano te ha roto el puzzle que habías hecho. Te debes haber sentido muy mal, pero has controlado muy bien tu frustración y solo te has enfadado un poquito. Estoy muy orgulloso de ti. Esto demuestra mucho autocontrol, bien hecho”.
No te rindas en el primer intento
No existen fórmulas prodigiosas ni cambios instantáneos. Ten paciencia, se constante y coherente con tus estrategias y observa los pequeños avances que vas consiguiendo.
Las estrategias para manejar las rabietas en un niño con síndrome de Asperger no son soluciones mágicas ni siempre funcionan a la primera. Tenemos que intentarlo varias veces hasta ver si la situación va mejorando un poco. Si un truco te funciona, utilízalo siempre que puedas. Pero si no te va bien o te hace sentir mal aplicar ese consejo, simplemente ignóralo. Confía en tu juicio. Tú sabes qué es lo que mejor para tu hijo. Recuerda que los consejos o trucos funcionan con unos niños y con otros no, o una estrategia que no funciona hoy, puede funcionar dentro de seis meses o al revés. Así que intenta las cosas más de una vez; observa qué funciona con tu hijo y sigue tu intuición.