Seguro que más de una vez te ha pasado que vas a una habitación y de repente te das cuenta de que se te ha olvidado a qué habías ido, o que es ya tarde, estáis cansados, pero en casa no hay quien se duerma. El estrés y la sobreestimulación de la vida cotidiana afecta a la concentración y al descanso de todos, pero dedicar unos minutos al día a hacer estos sencillos ejercicios de relajación y concentración puede mejorar nuestra calidad de vida.
3 ejercicios de relajación
Las actividades que recomiendan a los adultos para relajarse suelen aburrir a los niños y pueden producir el efecto contrario, así que aquí nos limitaremos a tres ejercicios de relajación fáciles y divertidos que se pueden hacer en familia. Podéis hacerlos en cualquier momento en el que os sintáis estresados o incluirlos en vuestra rutina diaria, por ejemplo, un rato antes de acostaros. No es necesario hacer siempre los tres ejercicios de relajación, podéis elegir solo uno o dos combinados como queráis.
Visualización
Este ejercicio de relajación consiste en sentarse cómodamente en un lugar tranquilo, cerrar los ojos y evocar con el pensamiento un paisaje conocido y las sensaciones que os produce visitarlo. Guía tú la visualización, con voz serena y clara. Puedes evocar la playa, aludiendo al calor, el tacto de la arena y el de la toalla, el murmullo de las olas, la brisa, etc.
Robots y muñecos
Planea una secuencia de acciones sencillas (caminar hasta un punto, coger un objeto, sentarse y levantarse…) y ejecutadla todos juntos, primero con los movimientos rígidos de un robot durante un minuto aproximadamente y, a continuación, como si fuerais muñecos de trapo (con los miembros laxos).
El gato
Poneos a cuatro patas y exhalad por la boca al tiempo que lleváis la barbilla hacia el pecho y arqueáis la espalda hacia afuera, como un gato que se siente amenazado. Mantened la postura tres segundos, luego llenad los pulmones, relajad la espalda (¡ojo! relajar no significa hundir las lumbares, hay que mantener una línea recta), levantad la cabeza y contened la respiración tres segundos. Soltad el aire, reiniciando el ejercicio con la exhalación hasta cinco veces.
5 ejercicios de concentración
En esta ocasión, es más conveniente separar los ejercicios por grupos de edad para que cada uno pueda hacer los que le resultarán más efectivos. Se puede hacer cualquiera de estas actividades antes de hacer los deberes, empezar a estudiar o acometer una tarea que requiera concentración o realizarlas a diario a modo de gimnasia mental.
Ejercicios de concentración para niños
- Pasatiempos sencillos: Hacer una sopa de letras, buscar las diferencias entre dos dibujos, recorrer un laberinto… son formas excelentes de activar la atención de los niños. Puedes comprar librillos de pasatiempos, buscar fichas descargables en Internet o usar aplicaciones específicas, pero recuerda: selecciona una dificultad acorde a la edad del niño.
- Encadenado: Además de mejorar la capacidad lingüística, este juego viene muy bien para activar la atención. No requiere ningún material, pueden participar varios jugadores (el mínimo son dos) y se puede prolongar hasta que uno quiera, pero mejor que no dure demasiado. Por turnos, hay que encadenar palabras empezando por la última sílaba de la anterior. Por ejemplo, si el primer jugador dice casa, el segundo puede decir saco, el tercero cosa, el siguiente salero, y así sucesivamente.
- Si tu hijo ya domina el alfabeto, puede probar a decirlo al revés. La dificultad de la tarea exige tanta concentración que este ejercicio puede ser también un desafío para la atención de los mayores.
Ejercicios de concentración para adolescentes y adultos
Además de activar tu concentración con un sudoku, jugando al encadenado con tus hijos y diciendo el abecedario al revés, puedes probar estos dos ejercicios:
- Elige una letra, coge una hoja de una revista o periódico y tacha esa letra todas las veces que aparezca lo más rápido posible. Si quieres convertir esta técnica de concentración en un verdadero entrenamiento para hacer a diario, puedes cronometrarte y repetir el ejercicio con otra letra y otra página intentando rebajar tu tiempo.
- Coge un reloj analógico y mira durante dos minutos el segundero sin pensar en nada. Si notas que te distraes un poco reconduce tu atención a la aguja. Si te desconcentras del todo vuelve a empezar desde cero.