Todos los padres queremos que nuestros hijos se concentren, se esfuercen y alcancen sus objetivos en su vida escolar. Para ayudarles a conseguirlo es fundamental que creemos un entorno adecuado para los deberes y el estudio.

Este espacio tiene que ser un lugar en el que se sientan cómodos y puedan concentrarse, ya que si estudian en el entorno apropiado, obtendrán mejores resultados en su aprendizaje. Además del lugar, también es importante crear un hábito; debemos establecer unos horarios y unas normas para que nuestro hijo pueda sacar el máximo partido al tiempo que dedica al estudio. El ambiente y la planificación son fundamentales a la hora de estudiar.

Claves de un entorno adecuado para los deberes y el estudio

Estas son algunas claves para crear un entorno adecuado para los deberes y el estudio:

La habitación

El lugar de estudio debe ser siempre el mismo. Hacerlo cada día en un espacio diferente puede hacer que el niño se distraiga e impedir que consiga un verdadero hábito de estudio.

Temperatura

La habitación debe tener una ventilación y temperatura adecuadas. Lo ideal es que la temperatura oscile entre 18 y 22 grados y el lugar esté bien ventilado.

Iluminación

El lugar elegido debe estar bien iluminado. La luz ideal es la natural, por lo que procura que la mesa esté cerca de la ventana. Como no siempre podrá ser así conviene que haya sobre la mesa un flexo además de la lámpara de la habitación. Una iluminación escasa puede causar problemas de visión o dolores de cabeza.

Silencio

El ambiente debe ser silencioso (lejos de la televisión, el teléfono y otros ruidos). Estudiar en lugares ruidosos dificulta mucho la concentración.

Mobiliario

• Es muy importante que tu hijo disponga de una mesa amplia donde tenga a mano todo lo que necesite: libros de texto, apuntes, papeles, lápiz, goma, bolígrafos, rotuladores, pinturas… Enséñale a tener su espacio de estudio ordenado. La sensación de amplitud y orden favorecen la concentración.
• Necesitarás una silla cómoda. Es preciso que sea proporcional a la mesa y a la estatura del niño para garantizar su comodidad durante el tiempo de estudio y evitar problemas de espalda. No dejes que tu hijo estudie tumbado en la cama, en el suelo o en el sofá.

Fuera distracciones

Evita distracciones a su alrededor, como el móvil, los videojuegos o la televisión. Quita de la mesa todo lo que pueda despistarle y no le interrumpas entrando en la habitación. Espera a que termine sus deberes para entrar en el cuarto.

Horario

Es importante establecer un horario concreto para estudiar teniendo en cuenta la edad del niño, el curso académico y las actividades extraescolares que realice. Puedes implicarle en la planificación y hacer juntos el horario semanal.

Si somos constantes, nuestro hijo identificará el lugar elegido y el momento del día para la realización de sus tareas. Habrá adquirido un buen hábito de estudio en un entorno adecuado para los deberes y el estudio.

Todos los niños pasan por una etapa «escatológica» cuando empiezan a tomar consciencia del funcionamiento de su cuerpo, y todo lo relacionado con las evacuaciones les hace mucha gracia. Además, a partir de los tres años, se dan cuenta de que determinadas palabras provocan una reacción en los mayores, así que las utilizan para probar sus límites o simplemente llamar la atención. Si tu hijo está en esa fase, lee estos consejos antes de recurrir a lavarle la boca con un estropajo por sus «palabrotas».

Hay que diferenciar entre auténticas palabrotas y otro vocabulario desagradable

Las palabras del título son el típico ejemplo de lenguaje soez, pero son necesarias para que los niños expresen algunas de sus necesidades y problemas, por lo cual no podemos permitir que nuestro hijo piense que está mal decirlas. Sin embargo, debe aprender a no usarlas sin venir a cuento, en chistes o juegos, por ejemplo. Explícale que a los demás no les gusta escuchar esas palabras, así que debe utilizarlas solo en privado; el uso restringido hará que pierdan «el encanto».

No digas palabrotas delante de tus hijos

Está claro que, sobre todo en las primeras etapas, los niños aprenden por imitación, así que si eres un palabrotero irreductible, no esperes que tus retoños tengan un vocabulario exquisito. Igual que has tenido que adaptarte en otros muchos aspectos a la vida del niño, modera también tu lenguaje. Y si se te escapa algún juramento, corrígete de inmediato diciendo algo como «Lo siento, no tenía que haber dicho eso».

También es importante que todos los adultos del entorno y otros chavales más mayores, como hermanos o primos, no las digan, así que pídeles que den buen ejemplo.

No le rías la gracia ni reacciones exageradamente

Muchas veces los niños dicen sus primeras palabrotas sin ser conscientes de lo que están diciendo; solo repiten palabras que han oído a otra persona o en la tele. Si cuando el niño exclama «¡Joder! » nos reímos o, por el contrario, nos ponemos histéricos, le estamos dando pistas de lo que puede hacer cuando quiera llamar la atención o ponernos a prueba.

La primera vez que el niño suelta un taco lo mejor es ignorarlo; si ve que no surte ningún efecto en los demás, es menos probable que lo repita. Si vuelve a la carga, dile con seriedad, pero manteniendo la calma, que eso no se dice.

Con los niños más mayores se puede razonar

Algunas veces, los chavales dicen palabrotas para hacerse los graciosos en el grupo o para hacer valer más sus opiniones en una discusión. Otras veces las pronuncian porque se sienten realmente enfadados o frustrados y les sirve como vía de escape. En cualquier caso, conviene dialogar con ellos y explicarles que por muchas groserías que digan, no van a ser más graciosos, tener más razón, ni resolver el problema que se les está planteando.

En este libro, «Cuentos en verso para niños perversos», Roald Dahl nos relata de otra manera los consabidos cuentos infantiles. Con su más fino sentido del humor y su magia narrativa ironiza sobre las situaciones y los comportamientos de los personajes de las historias. Las ilustraciones de Quentin Blake ayudan a ofrecer una mirada divertida de sus aventuras y desventuras.

LA CENICIENTA

«¡Si ya nos la sabemos de memoria!»,
diréis. Y, sin embargo, de esta historia
tenéis una versión falsificada,
rosada, tonta, cursi, azucarada,
que alguien con la mollera un poco rancia
consideró mejor para la infancia…

Así comienza este delicioso libro «Cuentos en verso para niños perversos», donde se destripan, en verso y en tono de humor y mucho sarcasmo, algunos de los cuentos más famosos y tradicionales como La Cenicienta, Juan y la habichuela mágica, Blancanieves y los siete enanos, Rizos de oro y los tres osos, Caperucita roja y el lobo y Los tres cerditos.

Cenicienta es una chica muy locuaz y deslenguada que se casa con un señor que hacía mermelada, rechazando a un príncipe completamente loco que corta las cabezas a las feas candidatas.

En Juan y la habichuela mágica, el protagonista es un maloliente niño que consigue salvarse de morir devorado por un gigante al que roba todo su oro gracias a una habichuela mágica y a un buen baño.

En Blancanieves y los siete enanos, Blancanieves huye despavorida de su madrastra Obdulia Carrasclás en auto-stop. Consigue que los enanitos se hagan millonarios con las apuestas y con los vaticinios del espejito mágico.

En Rizos de Oro y los tres osos, Ricitos es una maleducada niña que se come el potaje cocinado por mamá Osa, destroza los muebles y se limpia los zapatos en los edredones de las camitas. El poema acaba con unos osos muy enfadados que se la quieren comer.

En Caperucita roja y el lobo, la «ingenua» niña acaba con el lobo de un disparo en la cabeza. Con su piel se hace un abrigo y se pasea con él por el bosque.

En Los tres cerditos, el cerdito listo pide ayuda a Caperu para acabar con el lobo, pero Caperu no solo consigue otro abrigo de piel de lobo sino un bolso de piel de marrano. ¡Bendita niña, más vale no encontrársela por el camino, y menos hacerla enfadar…!

En esta obra el autor trata de denunciar con mucho humor esa literatura dulcificada que trata a los niños como bobos y no como seres inteligentes. También reivindica a una mujer que sabe lo que quiere en lugar de a una ñoña en busca de un príncipe azul.

Roald Dahl es un escritor galés que se caracteriza porque sus libros están llenos de fantasía e imaginación, si bien su humor puede llegar a lo grotesco rayando muchas veces la crueldad. Otras obras suyas son Matilda y Charlie y la fábrica de chocolate.

Quentin Blake es ilustrador, escritor y dibujante con un estilo artístico muy característico. Sus ilustraciones tienen aspecto de garabato con líneas en tinta y manchas de acuarela en color, lo que le da un aspecto espontáneo y libre, muy del agrado del público infantil.

Cuentos en verso para niños perversos

Autor: Roald Dahl
Ilustrador: Quentin Blake
Editorial: Alfaguara Infantil
Páginas: 72
Edad: 9 a 12 años

Hoy en día hablar inglés es un requisito indispensable en un mundo globalizado como el nuestro. Esto supone un quebradero de cabeza para muchos padres que se preguntan cómo pueden ayudar a sus hijos a aprenderlo, pero afortunadamente contamos con herramientas que nos permiten ofrecerles la posibilidad de enseñar inglés en casa.

Ideas para enseñar inglés en casa

Aquí tienes algunas ideas que desarrollaremos más en el futuro:

Usar palabras o frases cotidianas en inglés

Al introducir palabras o frases cotidianas en inglés y hacer que formen parte de su rutina diaria, por ejemplo, decirle «good night» cuando le demos el beso de buenas noches o «come here» cuando queramos que se acerque a nosotros, hará que los niños las aprenderán sin darse cuenta.

Utilizar flashcards

Estas tarjetas didácticas con imágenes son atractivas y llaman la atención de los niños. Es un método ideal para enseñarles nuevas palabras o repasar las que han aprendido en el colegio.

Canciones infantiles en inglés

Las canciones infantiles son una de las mejores herramientas a nuestro alcance. Los niños asocian la música con alegría y diversión. Hay miles de canciones que podemos utilizar y que convertirán el inglés en una actividad divertida para ellos.

Ver películas y dibujos animados en inglés

Aunque la mayoría de nosotros pertenecemos a una generación que nunca vio películas o series en versión original, hoy tenemos la suerte de contar con muchas opciones para acercarnos al inglés. Pocas cosas les gustan más a nuestros hijos que los dibujos animados y, a la vez que disfrutan, se acostumbrarán a los sonidos, el ritmo y el acento.

Regalarles juegos y juguetes para aprender inglés

Cada vez es mayor la oferta y podemos optar por aquellos que sirven para jugar en familia, peluches que cantan o dicen frases en inglés, juegos interactivos como las mesas de actividades, etc. Recuerda que ésta es la mejor manera de aprender.

Utilizar las nuevas tecnologías

Es muy fácil encontrar recursos online y aplicaciones que ayuden a los niños en el aprendizaje del inglés. Nuestros hijos han nacido en la era digital y son capaces de manejar numerosos dispositivos. Podemos utilizarlos para ayudarles a conocer mejor el idioma.

Como ves, hay muchas cosas que podemos hacer para enseñar inglés en casa a nuestros hijos aunque nosotros mismos no tengamos el nivel necesario para ello. Ninguna de estas herramientas utilizada de forma aislada sirve para aprender un idioma, pero todas nos ayudan a que los niños mantengan un contacto directo y continuado con él. Lo único que no podemos hacer es quedarnos quietos y pensar que el problema del aprendizaje se solucionará sólo. Así que pongámonos manos a la obra y empecemos hoy mismo a trabajar. Con un pequeño esfuerzo por nuestra parte, paciencia y constancia podemos conseguir que los pequeños de la casa sigan mejorando en su conocimiento del inglés.

¿Por qué a mi hijo no le gusta leer y mi hija los devora? A los dos les hemos dado la misma educación, los mismos medios, todo igual, y sin embargo a mi hijo no le gusta leer nada, solo lee lo que le obligan en el colegio. ¿Quizás porque hay otros medios como la tele, los videojuegos, el ordenador, las tabletas o el móvil que son más atractivos y les exige menos esfuerzo? ¿Quizás porque prefiere ver una película antes que leer el libro en la que está basada? Se sabe de memoria todas las aventuras de Harry Potter porque ha visto unas cuantas veces las películas, mientras que de los libros se ha leído a regañadientes uno.

¿A mi hijo no le gusta leer, qué podemos hacer?

Si a mi hijo no le gusta leer, ¿qué podemos hacer nosotros, como padres, para crearles y fomentarles este hábito?

Por supuesto, no decaer en el intento. Una de las medidas más importantes es que nos vean leer porque los niños imitan; después leerles nosotros para que comprendan y disfruten de lo que oyen y, por último, y no menos importante, encontrar un libro atractivo y adecuado a su edad.

Llévalo a bibliotecas infantiles para que toque y hojee todos los libros que quiera, o llévalo a librerías para comprar el libro que le guste, pero no le obligues, si acaso proponle sin imponer.

Deja que elija el libro; puede optar por el de su héroe favorito, o se puede guiar por los dibujos o su colorido, no importa, solo tiene que encontrar el que le llame la atención y ya nos iremos encargando nosotros de que encuentre placer en sumergirse en él.

Si el niño ha elegido un libro o un cuento y le gusta, ¡eureka! ¡Vamos por buen camino! Repite su lectura todas las veces que él te lo pida, ya que esto le ayuda a interiorizar el tema, a identificarse con los personajes e incluso a repetir y a aprenderse las palabras y a anticiparse a lo que le lees.

Pide ayuda a los profesionales, bibliotecarios, libreros y profesores. Ellos te pueden guiar en la elección más adecuada según su edad, gustos y capacidades, y ánimo, nos sentiremos muy satisfechos si lo conseguimos porque el amor a la lectura es uno de los mejores regalos que les podemos hacer a nuestros hijos.

Algunas de las mejores colecciones de libros

A mi hijo no le gusta leer, pero su biblioteca está llena de libros de las más variopintas colecciones, y alguno de ellos los ha leído en más de una ocasión.

Te propongo algunas de las mejores colecciones de libros infantiles de más éxito. A lo mejor a tu hijo le gusta alguno de ellos, y si no, no te preocupes ¡busca! Seguro que encontrarás uno que realmente le enganche.

El pequeño Nicolás

La colección de libros El pequeño Nicolás gira en torno a las travesuras de este niño de 6 años y su pandilla, de su particular visión del mundo de los adultos y su curioso sentido de la justicia.
Leer más…

El capitán Calzoncillos

Os habéis imaginado alguna vez al director de vuestro colegio o a ese profesor que siempre te caía mal en calzoncillos… uff!! Pues eso es de lo que trata la serie El capitán Calzoncillos, de las trastadas de sus protagonistas Jorge y Berto y de las aventuras del director de su colegio, convertido en superhéroe pero en calzoncillos.
Leer más…

Kika Superbruja

Kika Superbruja es un conjunto de libros donde Kika, una pelirroja inquieta y muy vivaracha, vivirá divertidas y disparatadas aventuras junto a su hermano Dani y a sus amigos, enfrentándose al brujo Jerónimo con un libro de hechizos que encuentra misteriosamente en su habitación.
Leer más…

Geronimo Stilton

Geronimo Stilton es una colección de libros que se desarrolla en la redacción del periódico El Eco del Roedor. Geronimo Stilton es su director y se ve envuelto en muchas aventuras ratoniles siempre buscando la noticia, la mejor entrevista o la última primicia.
Leer más…

Harry Potter

A lo largo de la saga juvenil más vendida de la historia veremos crecer a Harry Potter, desde un niño de once años temeroso y tímido a un joven valiente y osado. Poco a poco Harry se irá introduciendo en un ambiente oscuro y oculto, en una lucha entre la magia negra y la magia blanca, enfrentándose a las más terribles criaturas como los dementores, e irá descubriendo la verdad de la muerte de sus padres y que es el elegido para acabar con el tenebroso Lord Voldemort.
Leer más…