El nacimiento de nuestros hijos marca un antes y un después en la celebración de la Navidad: volvemos a cantar villancicos, las luces brillan más y los turrones saben mejor. Pero no todo es positivo y estas fechas pueden convertirse en una prueba difícil de superar. A nuestras tareas habituales se unen otras que pueden convertir estos días en una época agobiante. Veamos algunos consejos que nos ayudarán no solo a sobrevivir a la Navidad con niños, sino también a disfrutarla.

La decoración

Todo empieza con la decoración de la casa. Conviértelo en un momento para compartir con tus hijos. Decora con ellos el árbol o monta el belén mientras escucháis villancicos. No tiene que quedar perfecto, sino que tiene que ser una actividad divertida. Además, si tienes niños pequeños, el sonido de los adornos que caen del árbol te acompañará durante todas las fiestas y puedes encontrarte a Peppa Pig acercándose al portal acompañando a los pastores.

Las actividades navideñas en el colegio

Se acerca el festival de Navidad en el colegio. Posiblemente nos toque preparar un disfraz aunque no sepamos ni coser un dobladillo. Siempre puedes recurrir al bazar chino o a la abuela, tía o vecina experta en labores para que te echen una mano. Intenta organizarte con antelación para poder pedir unas horas en el trabajo e ir a ver a tu hijo participando en la función. Si no es posible, no te sientas culpable, pide a otro padre que lo grabe y disfruta del video en casa con la familia.

Llegan las vacaciones y los niños están en casa todo el día

Han llegado las vacaciones y los niños están en casa. Si tienes que trabajar y no puedes quedarte con ellos, hay varias opciones. Los campamentos urbanos te ofrecen la posibilidad de que tus hijos disfruten de una agenda divertida con manualidades, cuentacuentos, actividades deportivas y yincanas. Muchas familias recurren a los abuelos para cuidar de los niños durante esos días, es una buena opción siempre que recordemos que la labor de los abuelos no es educar a los niños sino pasarlo bien con ellos.

Las compras

Intenta planificar la compra de alimentos y piensa con antelación en el menú de Navidad para los más pequeños. Si eres previsor, los alimentos que se pueden congelar te saldrán más baratos comprándolos unas semanas antes del inicio de las Navidades. La compra de regalos supone un quebradero de cabeza. Piensa en los regalos que más pueden ilusionar a cada niño y, si no se te ocurre nada original, opta por algo práctico. En estas fiestas se regala mucho y mal, los niños no llegan a disfrutar de la cantidad de juguetes que reciben. Intenta distribuir entre tíos, abuelos y amigos los regalos que tus hijos han pedido a los Reyes o a Papá Noel. Para saber que puedes regalar consuta los artículos Distintos juguetes para distintas edades o Cómo elegir juguetes adecuados para cada niño.

Cómo sobrevivir a la Navidad en cenas familiares

Si somos los anfitriones, es importante no obsesionarnos con la perfección ni ponernos nerviosos si algo no sale como esperábamos. Mientras preparamos la cena, hay que mantener a los niños ocupados para que no interrumpan constantemente mientras estamos cocinando. Alguien tiene que entretener a los niños y jugar con ellos. También podemos preparar juegos adecuados para todas las edades para después de la cena ya que para los niños es una fiesta saber que esa noche pueden acostarse más tarde. Podemos elegir juegos de preguntas y respuestas, jugar a las cartas o a un juego tradicional que no suele faltar en ninguna casa en Navidad: el bingo.

Es posible que surjan conflictos en las reuniones familiares en estos días. Si esto ocurre, intenta no tomar partido y calmar los ánimos. Procura mantener a los niños al margen porque, aunque puede parecer que no se enteran, perciben los estados de ánimo de las personas que les rodean.

Si nuestro hijo es pequeño, se convertirá en el centro de atención, pasará de brazo en brazo y recibirá mimos de muchos familiares. Esto puede llegar a agobiarle y necesitará un momento de tranquilidad. Puedes preparar una habitación en la que no se oiga tanto ruido y el niño pueda descansar un rato.

Los viajes

Los desplazamientos en coche son frecuentes ya que todos intentamos volver a casa por Navidad. Aunque el desplazamiento sea corto, es importante mantener las medidas de seguridad adecuadas y los niños deben ir siempre sentados en sus sillas. Si vamos a volver a dormir a casa y es tarde, podemos poner al niño el pijama debajo del abrigo para poder acostarlo más fácilmente al llegar a casa.

Si nos quedamos varios días, intentaremos ver a todo el mundo y quedar con los amigos o familiares que no hemos visto en meses. Esto puede ser estresante para los niños, es mejor que se queden con los abuelos o que nos turnemos con el otro progenitor para reducir las visitas del niño a una al día.

En definitiva, lo mejor que podemos hacer es fijarnos en nuestros hijos emocionados con la magia de la Navidad, felices por ver a sus primos y acostarse tarde, encantados con los juegos de mesa en familia, disfrutando de actividades como asar castañas, montar el árbol o la cabalgata de Reyes, dejarnos contagiar por ellos, así no tendremos que sobrevivir a la Navidad con niños, podremos disfrutarla con ellos.